Toronto (Canadá), 23 dic (EFE).- El Instituto para el Agua, Medio Ambiente y Salud (INWEH) de la Universidad de las Naciones Unidas dio a conocer hoy el primer mapa mundial de áreas vulnerables al dengue, y advirtió de que el cambio climático puede extender la enfermedad a Europa y las zonas montañosas de Suramérica.
El estudio producido por INWEH, una institución con sede en la localidad canadiense de Hamilton, ilustra la expansión y contracción de las áreas vulnerables al dengue durante el año, destacando que es una enfermedad endémica en más de 100 países a la vez que está creciendo rápidamente.
Alrededor de 400 millones de personas están infectadas hoy en día con el virus del dengue, lo que produce al año entre 250.000 y 500.000 casos graves de la enfermedad y unas 20.000 muertes, además de graves daños económicos.
Sólo en el sureste de Asia, se calcula que el dengue tiene un coste en términos sanitarios de 950 millones de dólares al año.
La ONU también estima que el número de personas en riesgo de contraer la enfermedad es de 2.500 millones de personas, pero en 70 años la cifra ascenderá a entre 5.000 y 6.000 millones.
Según los autores del estudio, que utiliza el llamado Índice de Enfermedades Asociadas con Agua (WADI, por su sigla en inglés), los niveles más altos de vulnerabilidad del dengue se encuentran en el sur de Asia además de en países situados cerca del ecuador, como Colombia, Sierra Leona, Nigeria e Indonesia.
«Los mapas muestran una variación estacional considerable en los niveles de vulnerabilidad al dengue en todos los continentes, debido principalmente a las fluctuaciones anuales en temperatura y precipitación que contribuyen a la exposición», dijeron los autores en su estudio.
Las áreas expuestas al dengue son más vulnerables a la expansión de la enfermedad en los meses de enero, abril, julio y octubre.
Pero los autores advirtieron de que el cambio climático puede favorecer la extensión del dengue a áreas en la que no existe hoy en día, incluidas partes de Europa y Suramérica.
«Los cambios en el clima podrían resultar en un creciente aumento de la exposición y suponer una grave amenaza en áreas en las que, actualmente, el dengue no es endémico», señalaron.
Un aumento de entre 2 y 4 grados centígrados de las temperaturas mínimas supondría que las regiones montañosas de Suramérica y amplias áreas de Europa serían capaces de permitir la supervivencia del mosquito Aedes, que transmite la enfermedad.
Al mismo tiempo, el aumento de las temperaturas máximas podría disminuir las áreas de supervivencia del mosquito.
La investigadora del INWEH Corinne Schuster-Wallace, que encabezó el grupo de autores del estudio, dijo a Efe que «el propósito de este proyecto es apoyar la toma de decisiones y la distribución de recursos a largo plazo en torno a enfermedades relacionadas con el agua».
Schuster-Wallace añadió que el estudio «no es una herramienta de predicción de brotes, sino una herramienta más contra el dengue y otras enfermedades relacionadas con el agua».
«Hemos desarrollado esta herramienta -agregó- no sólo para estudiar los factores físicos de exposición (como temperatura o precipitación), sino también factores de desarrollo social y la vulnerabilidad de las comunidades».
En este sentido, Schuster-Wallace destacó que la investigación demuestra que en Brasil se ha producido tanto una clara reducción de la vulnerabilidad social al dengue en ciertas áreas del país, como un aumento en otras áreas por el crecimiento de la población.
El estudio, que analiza la situación del dengue en el estado brasileño de Pernambuco de 2000 a 2010, señaló que el cambio del uso del terreno y el aumento de la población en áreas semi-áridas del estado, aumentaron la vulnerabilidad a la expansión del dengue.
Otra de las autoras del estudio, Sarah Dickin, añadió que el caso de Brasil demuestra «la importancia de considerar cambios a largo plazo», pues «el desarrollo de recursos acuíferos y procesos de urbanización pueden contrarrestar la vulnerabilidad al dengue».