Luego de anunciar que su gobierno iniciaría negociaciones con las Farc la imagen y la popularidad del presidente de los colombianos Juan Manuel Santos ha aumentado.
La imagen de Santos ascendió a 60 por ciento de popularidad en septiembre luego de caer en julio a 47 por ciento -11 puntos porcentuales menos que en abril- entre otras razones por el deterioro en las condiciones de seguridad de diferentes zonas del país.
Por su parte, la proporción de la opinión pública que considera que el país va por buen camino saltó de 32 por ciento hace dos meses a 52 por ciento.
La encuesta realizada por Ipsos Napoleón Franco y publicada por la revista Semana entrevistó a 1,012 personas en 13 de los municipios con mayor población en Colombia entre el 7 y 9 de septiembre. El sondeo tiene un margen de error de 3.5 por ciento.
De acuerdo con Javier Restrepo, director de la firma encuestadora, “el proceso de paz es el principal factor que está incidiendo en la mejoría de la imagen del Presidente. y el desarrollo de éste afectará la evaluación que haga la gente del gobierno”, dijo en diálogo telefónico con los medios.
El 77 por ciento de los encuestados aprueban la decisión del primer mandatario de negociar con las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin embargo, 41 por ciento se muestra pesimista al ser consultado sobre si los diálogos concluirán con la desmovilización de esta guerrilla.
“Los colombianos están con un cauto optimismo. La gente sí tiene un percepción de que las FARC no son sinceras en sus intenciones de paz, pero esa percepción es menor en comparación a procesos anteriores, especialmente en la época del ex presidente (Andrés) Pastrana (1998-2002) cuando las FARC se retiraron de la mesa de diálogos”, explicó Restrepo.
Una encuesta en julio de 1999 mostraba que 56 por ciento de los consultados estaba en desacuerdo con la gestión de Pastrana para poner fin al conflicto con el grupo insurgente.
El analista también destacó que, en el actual sondeo, “cuando a la gente se le planteó la opción del perdón de los rebeldes, sin ninguna condición, dijeron `así no, así que se rompan los diálogos“’.
Para Restrepo lo que demuestra esta postura de la opinión pública es que “los diálogos van a ser muy complejos para el gobierno y la misma guerrilla”, puesto que los ciudadanos desean una negociación en el cual haya “un compromiso de justicia y reparación de las víctimas”.
La mesa de diálogo entre el gobierno y la guerrilla más antigua del continente se abrirá de manera formal el 8 de octubre en Oslo, Noruega.
Así se acordó en agosto mediante la firma de un acuerdo marco entre las partes, luego de que el gobierno de Santos y los rebeldes tuvieron encuentros exploratorios durante seis meses en Cuba, país que será garante del proceso. Venezuela y Chile también lo acompañarán.