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Huracanes del siglo XXI dejan en Cuba 40 muertos y daños por 26.000 millones de dólares

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El huracán Michelle abrió la brecha destructiva de estos fenómenos cuando en noviembre de 2001 su paso afectó al 45 por ciento del territorio nacional, donde provocó cinco muertes y dejó damnificadas a 5,8 millones de personas de los 11,2 millones de habitantes de la isla. EFE/Archivo
El huracán Michelle abrió la brecha destructiva de estos fenómenos cuando en noviembre de 2001 su paso afectó al 45 por ciento del territorio nacional, donde provocó cinco muertes y dejó damnificadas a 5,8 millones de personas de los 11,2 millones de habitantes de la isla. EFE/Archivo

El paso de 15 intensos ciclones tropicales por Cuba en lo que va del siglo XXI dejó un historial devastador de 40 muertos, pérdidas por unos 26.000 millones de dólares y casi 1,5 millones de viviendas dañadas, reseñan hoy medios de la isla ante el inminente impacto del huracán Matthew.
El huracán Michelle abrió la brecha destructiva de estos fenómenos cuando en noviembre de 2001 su paso afectó al 45 por ciento del territorio nacional, donde provocó cinco muertes y dejó damnificadas a 5,8 millones de personas de los 11,2 millones de habitantes de la isla.
El 20 de septiembre de 2002 llegó Isidore, un huracán de categoría 2 acompañado de fuertes vientos e intensas lluvias que provocaron numerosos destrozos, principalmente en el municipio Isla de la Juventud, al sur de La Habana, y en la mitad de la provincia occidental de Pinar del Río.
Once días después el ciclón Lili tomó una trayectoria similar que golpeó la agricultura tabacalera cubana con pérdidas cuantificadas en unos 47 millones de dólares.
En agosto de 2004 el huracán Charley, de categoría 3, azotó la región occidental de Cuba, incluida La Habana, donde causó cuatro muertos y severos daños a viviendas, cosechas, líneas eléctricas y telefónicas.
Apenas un mes después, en septiembre del mismo año, el huracán Iván, de fuerza 4 en la escala Saffir-Simpson máxima de 5, que ganó el apodo de «El Terrible» por su intensidad, obligó a la evacuación de más de 2,2 millones de personas, y provocó graves pérdidas a la agricultura, los servicios básicos y las viviendas.
Al año siguiente, en julio de 2005, el fuerte embate del poderoso huracán «Dennis» causó 17 víctimas, más de un millón de evacuados y graves afectaciones materiales de consideración en su trayectoria por diez provincias cubanas.
Un mes más tarde, los coletazos de Rita, que alcanzó la categoría 5, levantaron fuertes marejadas, recorrieron más de 1.700 kilómetros de las costas atlánticas de Cuba y afectaron a ocho provincias de la isla, donde fue preciso evacuar a 267.000 personas de zonas bajas y costeras y más de 400.000 quedaron sin luz en La Habana.
Wilma, también de fuerza 5, despidió la temporada ciclónica de 2005 en Cuba con lluvias intensas y severas inundaciones costeras en varias zonas del occidente y centro del país, más de 760.000 evacuados, 8.000 viviendas perjudicadas y pérdidas valoradas en 704,2 millones de dólares, incluidos los gastos en medidas preventivas y de recuperación.
Con alivio, la isla caribeña recibió a un degradado huracán Ernesto en agosto de 2007, con pocos daños y un baño de lluvias que paliaron la intensa sequía del oriente del país.
Noel afectó en noviembre como una tormenta «grande» asociada a lluvias torrenciales que dejaron un muerto y pérdidas cuantificadas en 499 millones de dólares.
Fay, otra tormenta tropical, cruzó Cuba de sur a norte en agosto de 2008 sin dejar víctimas ni destrozos mayores, y le siguió el impacto de Gustav sobre la Isla de la Juventud y la provincia de Pinar del Río, donde destruyó total o parcialmente 140.000 viviendas, redes telefónicas y eléctricas, edificios de servicios públicos y miles de hectáreas de siembras.
El calendario de 2008 también quedó marcado por el destructivo Ike, que segó siete vidas y cuyos efectos se extendieron a casi todo el país, con un total de 1.408 instalaciones de salud y 43.760 edificaciones industriales dañadas, además de la evacuación de 2,6 millones de personas.
Ese mismo año, en noviembre, el centro del huracán Paloma tocó tierra cerca del puerto camagüeyano de Santa Cruz del Sur, de menos de 10.000 habitantes y provocó daños materiales por 300 millones de dólares.
El último huracán de gran magnitud que pasó por Cuba fue el desastroso Sandy, que en la madrugada del 25 de octubre de 2012 atravesó la provincia oriental Santiago de Cuba y su vecina Holguín, con fuertes vientos de fuerza 2, con un saldo de 11 muertes, miles de derrumbes parciales y totales, pérdidas a la agricultura y cuantiosos daños económicos de los que aún quedan huellas. La Habana, 2 oct (EFE).-

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