La organización Human Rights Wacht (HRW) denunció este martes que los talibanes han ejecutado o sometido a desaparición forzosa a más de 100 antiguos miembros de la Policía y los servicios de inteligencia afganos desde que se hicieron con el poder el pasado 15 de agosto.
«La amnistía prometida por el liderazgo de los talibanes no ha detenido a los comandantes locales de ejecutar sumariamente o hacer desaparecer a antiguos miembros de las fuerzas de seguridad», dijo la directora para Asia de HRW, Patricia Gossman, en un comunicado.
HRW documentó en un informe, publicado hoy tras entrevistar a decenas de personas, los asesinatos extrajudiciales y desapariciones forzosas de 47 afganos que pertenecían a las Fuerzas Nacionales de Seguridad Afganas (ANSF) del depuesto Gobierno y que se habían entregado a los talibanes.
En total, HRW afirmó que dispone de «información creíble de más de 100 asesinatos» en cuatro provincias afganas.
Cuando un antiguo miembro de las fuerzas de seguridad afganas se entrega a los talibanes, éstos emiten una carta garantizando su seguridad, explicó el organismo pro derechos humanos.
«Las fuerzas de los talibanes han utilizado este procedimiento para detener y ejecutar sumariamente o hacer desaparecer forzosamente a gente», señaló la ONG, a pesar de las promesas de los fundamentalistas.
«Las afirmaciones infundadas de los talibanes de que actuarán para prevenir abusos y hacer rendir cuentas a los abusadores parecen, de momento, nada más que un recurso publicitario», concluyó Gossman.
HRW dijo además que, debido al súbito colapso del Gobierno afgano por la huida del expresidente Ashraf Ghani, los fundamentalistas pudieron acceder a un gran número de documentos de los servicios de inteligencia y las fuerzas de seguridad que revelan datos fundamentales sobre sus miembros e informantes.
«Sobre todo en la provincia (oriental) de Nangarhar, los talibanes han atacado a personas a las que acusan de pertenecer al Estado Islámico de Khorasan (EI-K)», como se denomina la rama afgana del grupo terrorista y al que se considera enemigo encarnizado de los fundamentalistas, según el informe.
Pero HRW señaló que muchos de los asesinados, en el marco de una operación contra el EI, han sido atacados por sus opiniones salafistas o por sus vínculos tribales.
Pese a las promesas de cambio de los talibanes en comparación con su régimen entre 1996 y 2001, que estuvo marcado por su estricta interpretación de la sharia (ley islámica), numerosos organismos internacionales han expresado su preocupación ante posibles violaciones de los derechos humanos en Afganistán.