HOUSTON — El primer cambio que se destaca es la música, ya que el rock y la música Motown del presidente Joe Biden desaparecen de la lista de reproducción en favor de más pop y hip hop.
Luego viene el discurso de campaña de la vicepresidenta Kamala Harris, sin digresiones bidenianas y centrado más en el futuro que en una larga lista de logros pasados.
En apenas unos días desde que asumió la dirección de la campaña, Harris ha dejado su sello distintivo en la operación electoral. Está generando entusiasmo y atrayendo una avalancha de donaciones de los demócratas que temían estar deslizándose hacia el desastre con Biden a la cabeza de la lista.
Ahora, su desafío será transformar ese entusiasmo en un movimiento duradero a gran velocidad. Todavía tiene que tomar decisiones difíciles sobre cómo maximizar su tiempo en la campaña, elegir un compañero de fórmula y desarrollar una plataforma política independiente de Biden, mientras que sus oponentes están ansiosos por definirla como no apta para la Casa Blanca.
“Esta es la semana más fácil de la campaña para Harris”, advierte Alex Conant, estratega republicano. “No mejorará”.
Harris insiste en que está lista.
El jueves en Houston, les dijo a los republicanos que “se pongan las pilas” en “una lucha por nuestras libertades más fundamentales”.
Mientras sale a la carretera, la frase de aplausos más confiable de Harris ha sido “no vamos a dar marcha atrás”. Puede que se esté refiriendo al candidato republicano Donald Trump, pero también es un discurso para el cambio generacional que está ofreciendo.
Biden respaldó a Harris como su sucesora cuando solo quedaban 107 días de carrera, y Conant describió su campaña como “lanzada desde un portaaviones”.
“Nunca se había hecho antes”, dijo. “Esto es algo que la gente suele pasar años desarrollando, y ella lo está haciendo en cuestión de días”.
Trump está intensificando sus ataques contra Harris, calificándola de “mala noticia” y “una persona radical de izquierda, no muy inteligente” en una entrevista con Fox News el jueves. Algunos republicanos también han sugerido que la carrera de Harris solo ha avanzado debido a su identidad; es la primera mujer, persona negra y persona de ascendencia del sur de Asia en ocupar el cargo de vicepresidenta.
La senadora Laphonza Butler, demócrata de California, dice que Harris está preparada para las presiones extraordinarias de la campaña.
«Tiene una visión clara de los ataques que va a enfrentar», dijo Butler. «Pero también está decidida y confía en el liderazgo que puede ofrecer al Partido Demócrata y al pueblo estadounidense».
Los demócratas están contentos con los primeros días de Harris y se sienten aliviados de que la transición de Biden no se haya convertido en una dolorosa lucha interna. El expresidente Barack Obama está preparando su propio respaldo después de apoyar en privado su candidatura, según una persona familiarizada con el asunto que pidió el anonimato antes de un anuncio.
«El partido estaba listo para unirse detrás de ella», dijo Anna Greenberg, una encuestadora demócrata. «Si hubiera sucedido lo contrario, habría sido un completo desastre».
Al igual que Biden, Harris ha luchado con bajos índices de aprobación. Pero su equipo sostiene que está bien posicionada para aumentar su apoyo entre los jóvenes, las mujeres y los votantes de color. Si tiene éxito, podría competir de manera más efectiva en lugares como Georgia, Arizona y Carolina del Norte, en lugar de solo en los estados del “muro azul” de Pensilvania, Wisconsin y Michigan, donde Biden se ha centrado más.
También existen peligros. Harris debe evitar perder demasiado apoyo entre los hombres, los blancos y los votantes mayores, lo que borraría sus ventajas con otras partes del electorado.
“La gente no la conoce tan bien”, dijo Celinda Lake, una encuestadora demócrata. “Es una lucha para definirla”.
Los republicanos tienen una ventaja, al menos en lo que respecta a la publicidad. Trump y sus aliados están gastando más que los demócratas por 25 a 1 en televisión y radio esta semana. Sin embargo, Lake dijo que Harris tiene una cosa importante a su favor.
“A los estadounidenses les gusta lo nuevo y brillante”, dijo. “Y Donald Trump no es nuevo ni brillante”.
Algunos demócratas están conteniendo la respiración, recordando cómo la campaña de Harris para la nominación presidencial demócrata implosionó hace cuatro años antes de que se emitiera un
solo voto primario. Su equipo se vio acosado por luchas internas y ella no logró articular un mensaje claro en un campo abarrotado de candidatos.
Más dificultades surgieron después de que se convirtió e
n compañera de fórmula de Biden y asumió el cargo junto con él. Luchó con la rotación de personal y un mensaje confuso.
Harris tiene que restaurar una sensación de estabilidad a una operación política que se ha visto sacudida por una turbulencia histórica en el mes transcurrido desde que la inestable actuación de Biden en el debate encendió la mecha de su eventual decisión de abandonar su candidatura a la reelección.
En la sede de la campaña en Wilmington, Delaware, se imprimieron rápidamente carteles de «Kamala» y se pegaron en las paredes junto a los de «Biden Harris».
Algunos de los líderes de la campaña (Jen O’Malley Dillon como presidenta y Julie Rodríguez como gerente) siguen en sus puestos. Pero Mike Donilon, un confidente de Biden desde hace mucho tiempo, está dando un paso atrás.
Harris ha mantenido su papel destacado original. Es probable que amplíe el equipo con sus propios asesores.
Harris visitó Wilmington el lunes, el día después de que Biden anunciara que se retiraba. El personal la aplaudió cuando entró y una mujer parecía abrumada por la emoción, con los ojos brillantes.
“Estamos del lado correcto de cada tema, y tenemos este equipo aquí y miles de otros en todo el país”, dijo Harris a los trabajadores de campaña que se apiñaron en una sala sofocante para escuchar a su nuevo candidato.
Pasó el resto de la semana atendiendo a distritos electorales críticos: votantes de estados en disputa cerca de Milwaukee, mujeres negras en una conferencia de hermandades en Indianápolis y miembros del sindicato en una convención de maestros en Houston.
La senadora Tammy Baldwin, demócrata de Wisconsin, dijo a los periodistas que la candidatura de Harris es “un nuevo comienzo para el partido, un nuevo comienzo para el país”.
“Esto es realmente maravilloso”, agregó.
Cuando Harris regresó a Washington el jueves por la tarde, faltaban 103 días para las elecciones.
