Las autoridades mexicanas encontraron hoy los cuerpos decapitados y con signos de calcinación de 11 jóvenes en un camino entre los poblados de Chilapa de Álvarez y Ayahualulco, en el sureño estado de Guerrero.
Fuentes de la Fiscalía de Guerrero confirmaron a Efe que los cadáveres fueron abandonados en ese camino después de un enfrentamiento la noche del miércoles entre dos grupos antagónicos del crimen organizado.
Se trata de Los Rojos y Los Ardillos, que se disputan el control de esa zona de Guerrero para el tráfico de drogas y otras actividades ilícitas.
Un equipo de la Procuraduría General de la República (PGR, fiscalía) viajó a la zona para investigar los hechos. El grupo es encabezado por el director de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, y el subprocurador de Procedimientos Penales de la PGR, Rodrigo Archundia.
«Nosotros llegamos para hacernos cargo de la investigación. De inmediato la Fiscalía General del estado hizo el levantamiento de los cuerpos, pero ya viene personal para trasladarlos al Servicio Médico Forense (de la PGR), donde se harán las pruebas periciales para la identificación de los cuerpos lo más pronto posible», dijo Archundia a su llegada a Chilapa.
Hace casi un mes fueron halladas dos fosas clandestinas con 13 cuerpos en la localidad de Chilapa de Álvarez.
La búsqueda de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala hace dos meses a manos de policías y criminales ha llevado al hallazgo de numerosas fosas clandestinas con restos humanos.
Policías corruptos de Iguala dispararon la noche del 26 de septiembre a estudiantes de la Escuela Normal de Ayotzinapa, causando la muerte de tres de ellos y de otros tres civiles.
Además, se llevaron a 43 jóvenes y los entregaron a miembros del cártel Guerreros Unidos, quienes presuntamente los asesinaron e incineraron en un basurero de Cocula, vecino a Iguala, según han declarado varios de los detenidos.
Chilpancingo (México), 27 nov (EFE).-