El primer ministro de Haití, Ariel Henry, cumplió este domingo ocho meses en el poder, sin haber sido capaz de alcanzar un consenso para designar a los miembros del organismo que deberá convocar las elecciones.
Henry asumió el cargo el 20 de julio pasado, trece días después del asesinato del presidente Jovenel Moise, y se fijó como prioridad el restablecimiento del orden y “la organización de elecciones creíbles”, sin que hasta el momento se haya puesto fecha a los comicios.
Falta de gobernanza
“Hay una falta de gobernanza en el país”, resumió en una entrevista con Wesner Désir, profesor y analista político, quien señaló que la situación nacional “es explosiva”.
A pesar del acuerdo del 11 de septiembre entre una franja de la oposición y el primer ministro, muchos actores políticos y de la sociedad civil cuestionan la legitimidad del primer ministro, que cuenta con el apoyo de la comunidad internacional, como ocurrió con Moise en vida.
Désir criticó a las distintas élites haitianas que son “antidemocráticas”, pero también a la comunidad internacional que hace “todo lo posible para obstaculizar la democratización de Haití”, una sociedad en permanente búsqueda de la democracia.
La economía en caída libre
Debido a la inseguridad reinante en la entrada sur de la capital, así como los efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania y la reciente subida de los precios del combustible, todos los precios de los productos de primera necesidad han aumentado en el mercado local, reduciendo el poder adquisitivo de la población.
El propio Henry expresó esta semana su temor de que la guerra empeore la situación de la empobrecida nación, que hace frente a una crisis política y socioeconómica sin precedentes.
Desde junio de 2021, la capital está aislada de al menos cuatro departamentos del país debido a que las bandas armadas siembran el dolor y el terror en la entrada principal de Puerto Príncipe.
En consecuencia, muchas mercancías no pueden llegar a los principales mercados públicos del área metropolitana, que están controlados por los grupos armados.
Diálogo, elecciones y referéndum
A pesar de varios intentos, el primer ministro no consigue ganarse la confianza de los distintos sectores de la vida nacional para constituir el consejo electoral provisional con vistas a la celebración de las elecciones que deberían tener lugar este año.
“La organización de las elecciones implica la movilización de candidatos y votantes en el territorio. Si tenemos en cuenta las dificultades de la mudanza, cómo haremos para hacer campaña”, se preguntó Wesner Désir.
El actual contexto, agregó, “no es propicio para las elecciones. No podemos pasar de un punto a otro”.
Actualmente, en Haití, solo hay 10 representantes electos que conforman el resto del Senado de la República, que desde hace unos días dialoga con diferentes sectores sociales y políticos con vistas a organizar una reunión con los actores.
El primer ministro ha dicho que solo dejará el poder después de las elecciones.
La inseguridad en pleno apogeo
Los actos de violencia y la delincuencia, incluidos los secuestros, han alcanzado un nivel preocupante en los últimos meses, constatando un deterioro del clima de seguridad en el territorio nacional.
“Todo el mundo se da cuenta de que la inseguridad no es algo espontáneo. Es algo construido”, según Désir.
Un total de 112 personas murieron en actos de violencia durante el mes de febrero de 2022 en la zona metropolitana de la capital, Puerto Príncipe, según un informe elaborado por la Comisión Episcopal Nacional de Justicia y Paz (Ce-Jilap).
Se han anunciado varias manifestaciones para el 29 de marzo, fecha del 35 aniversario de la Constitución haitiana del 29 de marzo de 1987, con el fin de denunciar la inactividad de las autoridades que no hacen nada para frenar el fenómeno de los secuestros, que está estresando la vida de la población.
Deterioro de los servicios de salud y educación
En los últimos meses, varios hospitales y centros de salud han estado en huelga, sobre todo para protestar contra el aumento de los actos delictivos, incluidos los secuestros, con impunidad.
Desde hace casi un mes, el personal de apoyo del mayor hospital público de Haití está en huelga para exigir mejores condiciones de trabajo, mientras los medios de comunicación locales han informado de que han muerto niños durante la larga huelga, aunque no hay datos oficiales.
“La educación y la sanidad no son prioritarias”, agregó Désir, quien señaló que Haití necesita “un nuevo liderazgo y una verdadera conciencia de las fuerzas vivas para poder afrontar la situación”.