Pescadores de las islas Galápagos hallaron recientemente una rara especie de pez, el último de una serie de descubrimientos realizados por los propios habitantes del famoso archipiélago ecuatoriano, cuyo papel las autoridades pretenden reforzar con un programa de «ciencia ciudadana».
Ese espécimen de pez, de la familia «uranoscopidae», está entre la decena de especies nuevas encontradas en la última década por los habitantes de las islas, especialmente pescadores y guías, según dijo a Efe el responsable del área de Monitoreo de Espacios Marinos del Parque, Eduardo Espinoza.
Esa rara especie de pez, que solo había sido vista una vez hace diez años, habita en aguas de entre los 40 y 400 metros de profundidad. Este tipo de animales suele ubicarse en los lechos marinos para esconderse y capturar otros peces para su alimentación.
Los pescadores, intrigados por su rara cabeza algo plana y ancha, mandíbulas redondas y cuerpo alargado, llevaron el ejemplar a la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DPNG), que tiene sede en la Isla Santa Cruz, para que los científicos lo estudiaran.
Espinoza recibió el espécimen y enseguida supo que este hallazgo era importante para las investigaciones que se efectúan en el archipiélago.
También recordó que una especie similar fue vista por una misión científica hace algunos años y que el espécimen posee características diferentes a otros de su misma familia encontrados en otras partes del mundo.
Tras recibir al ejemplar de «uranoscopidae», la DPGN prevé hacer varios estudios y elaborar un informe en el que se establezca la ubicación de la captura, su hábitat, alimentación y costumbres, así como la importancia de dicho pez en el equilibrio marino.
Espinoza destacó el papel de los habitantes de la isla para entender el ecosistema de Galápagos, ya que «son observadores privilegiados» e importantes para la investigación científica que efectúa la DPNG y otros organismos como la estación «Charles Darwin».
En los últimos diez años se han descubierto, gracias a la labor de la comunidad, cuatro especies nuevas de tiburones (mustelus albipinnis, bythaelurus geddingsi, centrophorus squamosus y odontaspsis ferox), algunas de las cuales fueron capturadas a 500 metros de profundidad.
Con esos hallazgos, comentó Espinoza, la lista de 29 especies de tiburones conocidas hasta 2001 en Galápagos ha crecido hasta 33, «gracias al aporte de los ciudadanos, especialmente de pescadores que, por su trabajo, están en contacto diario con el mar», agregó.
Por ello, el Parque Nacional Galápagos prevé lanzar un programa denominado «Ciencia Ciudadana», en la que se planteen protocolos, procedimientos y otras disposiciones para que la población contribuya en este tipo de descubrimientos.
Y es que hasta ahora, la iniciativa ciudadana en la observación y eventuales descubrimientos de especies era «informal», sin un procedimiento adecuado.
En opinión de Espinoza, llevar adelante el programa de «ciencia ciudadana» no representará un mayor problema, pues considera que el habitante galapagueño ha empezado a «tomar conciencia de su entorno, del lugar donde vive» y eso permite que desarrolle iniciativas y acepte algunos procedimientos de investigación.
Además, los ciudadanos, explicó el científico, están cada vez más comprometidos con la conservación y en la entrega de información oportuna sobre impactos de las actividades humanas en el frágil ecosistema de las islas.
A juicio de Espinoza, la reserva marina de Galápagos, una de las más grandes del mundo, aún «tiene muchos enigmas por descubrir» con la ayuda de la comunidad científica y los más de 20.000 habitantes de este archipiélago.
Situado a unos mil kilómetros al oeste de las costas continentales de Ecuador, el archipiélago de Galápagos abarca una reserva marina y terrestre de 132.000 kilómetros cuadrados, de los cuales menos de un 3 por ciento es usado por el hombre.
Las islas fueron declaradas en 1978 Patrimonio Natural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) y son consideradas un laboratorio natural donde el británico Charles Darwin desarrolló su teoría sobre la evolución y selección natural de las especies.
Fernando Arroyo León/(EFE).