Por: Natahlia Gnecco / @NataliaGnecco
La nueva campaña militar contra el terrorismo liderada por Estados Unidos junto a sus aliados Reino Unido, Arabia Saudita, Jordán y Emiratos Árabes para erradicar los tentáculos del sanguinario autodenominado estado islámico o ISIS (por sus siglas en inglés) tiene en el ojo del huracán el liderazgo del presidente Obama.
Por más que el mandatario norteamericano ha tratado de evitar el empleo del término “guerra” y camuflar los ataques aéreos bajo el nombre de “Operación de Contingencia en el Extranjero” , no puede tapar el sol con una mano: los Estados Unidos están en guerra y existe una amenaza latente de ISIS tanto para los americanos como para sus aliados.
Dicen que al que no quiere caldo le dan dos tazas y así ha ocurrido con Obama, de tanto resistirse a los Republicanos, de insistir que su campaña no es la guerra contra el terrorismo- o War On Terror (WOT) liderada por su antecesor, George Bush, le ha tocado confesar que su administración desestimó la barbarie de ISIS, ordenar el ataque aéreo contra Siria e Iraq , y enfrentarse a sus críticos que consideran esta campaña militar como lo mismo de lo mismo: bombardeos, violencia y una guerra de nunca acabar.
Saber si la estrategia de Obama es la correcta o no, es el “situation room” de todos los noticieros, mientras se destapan simpatizantes de ISIS en el sur de Jordania, se aumenta la expectativa sobre si Turquía finalmente decide hacer parte de la coalición, y surgen versiones optimistas en torno al acuerdo de un posible desarme nuclear de Irán que podría acercarlo a la Casa Blanca para sellar una alianza entre las dos potencias y aniquilar al Estado Islámico, que sería como mezclar el agua con el aceite.
Ante todo este rompecabezas bélico, que pareciera ue pareciera el epílogo del libro Clash of Civilizations de Samuel Huntington o una temporada extra de “Games of Thrones”, el periodista independiente Morris Herman en su canal youtube 108morris108 asegura que el objetivo de esta coalición no es destruir a ISIS, sino para acabar con Siria bajo el auspicio de Israel, pues el pentágono está comprometido con Israel y agrega que los americanos y los británicos nos están preparando para lo que viene, pues Obama aseguró que los ataques persistirán tanto tiempo como sea necesario y vamos camino a una invasión terrestre con una tropa que supera los 10 mil soldados.
Herman argumenta que los Estados Unidos han estado persiguiendo a Al Qaeda por trece años y van hacer lo mismo con ISIS, es decir, diez años más de violencia sin que exista una intención real de cambio, solo una manera de cometer asesinatos masivos. Además afirma que se está atacando la infraestructura de Siria, la cual está en poder del estado sirio y que Rusia ha estado demasiado pasiva, porque es obvio que se le consultó, sabe muy bien qué está haciendo Estados Unidos al lado de los otros países árabes. El periodista remata: “vienen días tristes, esto se va a poner peor, hasta que Siria quede hecha pedazos y los medios no se atreven a decirlo que todo esto cuenta con el consentimiento de Israel.”
Por su lado, Gareth Evans ex Ministro de Relaciones Exteriores de Australia afirma que Los ataques en Siria sin el consentimiento del gobierno o la autorización del Consejo de Seguridad violan la Carta de la ONU. Otros expertos no se involucran en la teoría de conspiración de Morris Herman , pero tratan de explicar la presencia de tantos combatientes extranjeros entre los diversos grupos fundamentalistas.
Es el caso de Rashad Antonius, profesor de sociología en la Universidad UQAM en Montreal y reconocido observador de Oriente Medio, quien tiene una respuesta a este enigma: “Las personas que se unen a la Yihad de una tierra occidental están desorientadas y son presa fácil de los mensajes que promueven la radicalización. Probablemente se sienten alienados en Occidente y tienen la esperanza de encontrar un significado en su vida, luchando al lado de los grupos fundamentalistas”.
Este análisis de Antonious cobra importancia debido al temor que persiste de parte e los Republicanos, quienes ya han advertido sobre el riesgo de tener terroristas infiltrados que ingresen a través de las fronteras del norte y del sur de Estados Unidos o de algunos que ya sean ciudadanos americanos como ocurrió con los autores del atentado contra el maratón en Boston en 2013.
Ahora bien, controlar a terroristas infiltrados es como luchar contra un enemigo invisible, una tarea que aumentará aún más la islamofobia y la paranoia entre la población civil americana, a menos que el Presidente Obama lidere acertadamente el control de la seguridad nacional, reto difícil de asumir ante críticos como el periodista Bill O’Reilly que han cuestionado abiertamente ¿Por qué el presidente Obama y el Congreso no nos están protegiendo efectivamente?
No resta más que rezar porque esta nueva intervención militar piense en las víctimas del conflicto, brinde la ayuda humanitaria necesaria, porque después de todo, “guerra es guerra” y prueba de ello es que el pentágono anunció sorpresivamente que inmigrantes indocumentados podrán engrosar la lista del ejército norteamericano… Adivinen ¿quiénes servirán de carne de cañón?