Adiós Cristiano Ronaldo de la Euro 2024. ¿A jugar otros cuatro años más? Que nadie se extrañe, porque él no es de irse sin luchar.
Portugal y Francia no protagonizaron un duelo de férreas defensa, ni mucho menos. Se atacaron, se agredieron, se animaron pero, como pasó toda la Euro, les faltó puntería. Por eso acabaron los 90 minutos con un 0-0 y tuvieron que irse al alargue y a los penaltis: la clasificación fue para portugueses en una tanda de penaltis alucinante.
Primero fue Dembelé al cobro por Francia y convertido; siguió a Cristino contra sus fantasmas y escrito; fue Fofana y también se convirtió, igual que Bernardo Silva aunque le adivinaban; Koundé la clavó en el ángulo, pero el tan silbado Joao Felix lo estrelló en el palo y metió presión; fue Barcola a su turno y no falló y ya Nuno Mendes iba con la presión de convertir o llorar e hizo lo primero.
Fue turno para Theo Hernández y sufría en la raya Mbappé pero sin necesidad porque su amigo convertía y clasificaba Francia a la semifinal.
Fue un arranque más bien prudente, de examinarse en los primeros minutos, de dosificar el esfuerzo viendo cómo tantos partidos de esta competencia se han ido al alargue y, salvo el intento e Bruno a los 16, de pocas emociones en los arcos.
Pero el segundo tiempo trajo el desahogo. Primero perdonó Bruno en una asistencia de lujo de Cancelo, quien puso un pase al vacío de tres dedos y su amigo entró al remate cruzado al que le faltaron centímetros para metros. En la siguiente acción quedó bailando la pelota en el área cuando Bruno de nuevo intentaba y por muy poquito no había penalti contra Cristiano Ronaldo, quien merodeaba en la acción.
Y entonces Francia era por fin Francia gracias al efecto Dembelé, recién ingresado por Griezmann, quien activó el ataque. Fue fenomenal el cierre de Díaz al pie de Kolo Muani cuando metió un remate fabuloso con destino a puerta y mejor el efecto en Mbappé, que se estrenaba con un remate elevado a los 73 que salió casi besando el palo.
De nuevo lo tuvo Camavinga, quien perdonó cuando un rechazo de Pepe le quedó servido pero el remate le saló muy cruzado, y de nuevo lo intentaron Dembelé y Kanté en un equipo que parecía otro desde la entrada del ‘mosquito’.
En Portugal perdonaba, como en toda la Euro, Cristiano Ronaldo cuando le cerraba a tiempo Kolo Muani y el tiempo se iba sin que llegaran a hacerse daño, a pesar de lo mucho que se mostraban los dientes.
Para el alargue se iba encima Francia con nuevo intento de Grizmann, uno muy claro de Mbappé, una falta de Fofana que le daba a Cristiano ocasión de falla de nuevo y, a los 101, un claro intento de Leao… ¿No parece? increíble que tantos rutilantes nombres llevarán más de 100 minutos sin hacer un gol? Y si…
Pero lo que nadie vio venir es que en el descansod el alague, Francia perdiera a Mbappé para una posible definición por penaltis. El chico se quitó la bada de capitán y se a dio a Kanté antes de sentarse en el banquillo con hielo en la cara. La fractura aquella, otra vez fastidiando.
El reloj siguió su marcha, hubo pocas ocasiones al final y fue irremediable la definición por penales.
Fue todo tan igualado que no puede decirse que hubo merecimientos: el que ganó y clasificó fue el que menos erró.