El foro sobre participación política del proceso de paz colombiano arrojó durante los tres días de discusión al menos 400 propuestas para la transformación de las FARC en un grupo político, siempre que firmen la paz con el Gobierno colombiano.
Los 1.265 participantes, representantes de partidos políticos, movimientos sociales y grupos gremiales colombianos de distintas ideologías, debatieron pese a sus diferencias en un clima de absoluto respeto, dijo hoy en la clausura el coordinador de la ONU en Colombia y organizador del foro, Fabrizio Hochschild.
La ONU y la Universidad Nacional de Colombia fueron designados por los negociadores del Gobierno y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para recoger el sentir popular en el encuentro y tienen ahora la misión de organizar estas propuestas para elevarlas a la mesa de diálogos el próximo 20 de mayo.
Hochschild destacó el «pleno apoyo y gran entusiasmo» generalizado por el proceso de paz, así como el «reconocimiento de la necesidad de transformar la guerrilla en un nuevo movimiento político y de establecer más espacios para el libre ejercicio de la política».
Este espíritu se plasmó en las iniciativas que leyeron cuatro relatores, y que van desde reformas constitucionales y legales que buscan superar «un déficit de democracia», hasta un cambio total de la Carta Magna de 1991 a partir de una asamblea constituyente «como máxima expresión de la participación social».
También reivindican la redacción de un estatuto de garantías para ejercer la oposición en Colombia que debe castigar la persecución y el exterminio y evitar que se repitan matanzas políticas como la del partido comunista de la Unión Patriótica (UP), que nació de unos acuerdos de las FARC con el Gobierno de Belisario Betancur (1982-1986).
Otros exhortaron a ponerle fin al paramilitarismo y al «terrorismo de Estado», al considerarlos como principales actores de la persecución de grupos de oposición, al tiempo que hubo voces que pidieron una refundación de la fuerza pública y una «reeducación» en el respeto a otras tendencias políticas.
Hubo espacio asimismo para el «perdón e indulto encaminado a la reconciliación nacional, el cambio de las sanciones punitivas por las restaurativas» y una amnistía a los considerados «presos políticos» para que recuperen sus derechos totales.
A corto plazo, una propuesta pidió «garantías para que las FARC puedan crear un partido en la etapa de transición para participar en elecciones de 2014», mientras que de cara al postconflicto una sugerencia apuntó a que algunos de los 8.500 guerrilleros de ese grupo armado entren a formar parte de la fuerza pública.
El papel de las mujeres en la edificación de la paz acaparó numerosas propuestas, así como el derecho a que el proceso de transformación de guerrilleras en políticas sea idéntico al que vivirán los hombres de las FARC.
Las variadas propuestas abarcaron el proceso de transición desde la eventual firma de la paz hasta su aplicación en el tiempo, pues se trata de un camino largo que trasciende un acuerdo sellado en un papel.
Así lo retrató desde su experiencia el presidente de Uruguay y exlíder de la guerrilla tupamara, José Mujica, quien a través de un vídeo divulgado al final del acto dijo que la historia ha dejado ejemplos de que «lentamente y de escalón en escalón se pueden abrir puertas a la esperanza».
Recordó que «todo sacrificio es poco y toda causa, por importante que sea, debe ser secundaria ante el hecho fundamental de poder ayudar a construir la paz», por lo que «hay que entender que todo es posible siempre y cuando se firme la paz».
El activista argentino y premio Nobel de Paz de 1980, Adolfo Pérez Esquivel, el exsecretario general de las Naciones Unidas Kofi Annan y la defensora de los derechos humanos guatemalteca Rigoberta Menchú también dedicaron un mensaje de apoyo y ánimo a los colombianos inmersos en el tercer intento de paz de su historia.
Este foro tuvo un marcado carácter internacional que buscaba demostrar a través de las experiencias de paz en Sudáfrica, Filipinas, El Salvador y Uruguay que la paz en Colombia es posible y que sólo tiene que hallar su receta.
Bogotá, 30 abr (EFE).