La Justicia argentina aceptó el pedido que el neurocirujano Leopoldo Luque, que atendía a Diego Armando Maradona, elevó para evitar una eventual detención en la causa que investiga la muerte del astro, el 25 de noviembre, anunciaron este viernes a Efe fuentes de la Fiscalía encargada del caso.
Luque está en el punto de mira de la investigación que busca determinar si hubo algún tipo de negligencia en torno a la muerte del exfutbolista y tanto su domicilio como su consultorio médico fueron registrados para recabar material que permita avanzar acerca de si pudo haberse dado un homicidio culposo u abandono de persona.
También fueron allanados el apartamento y la consulta de Agustina Cosachov, psiquiatra que trató a Maradona, aunque por ahora ninguno de los dos facultativos fueron formalmente imputados.
La defensa de Luque había presentado al juez un pedido de exención de prisión para su cliente, que posteriormente fue ampliado con un documento que fue difundido en medios locales en el que el médico insistió en que «Maradona decidía por sí solo y rompía constantemente los contratos tácitos con sus profesionales».
En la mañana del lunes pasado, Luque, que el 3 de noviembre había operado al exfutbolista por un hematoma cerebral, intervención que según el médico fue exitosa, decidió presentarse en la Fiscalía, en el municipio bonaerense de San Isidro, para informarse de su situación.
A Luque no le tomaron declaración al no estar formalmente acusado.
En el tiempo en que Maradona estuvo hospitalizado, Luque fue el principal encargado de transmitir a la prensa los partes médicos y en los medios se le llegó a presentar como su médico de cabecera, algo que ha sido negado por el propio neurocirujano y ahora, tras la muerte, es objeto de polémica por la presunta responsabilidad que debía asumir respecto a su estado general de salud.
«Si de algo soy responsable de Diego fue de amarlo, de cuidarlo, de extenderle la vida y mejorarla hasta lo último. De eso soy responsable. Yo hice lo imposible para eso», declaró entre lágrimas Luque el domingo pasado.
Maradona, que desde hace años arrastraba un largo historial de adicciones y problemas de salud, falleció por un paro cardiorrespiratorio en la casa de la provincia de Buenos Aires a la que el 11 de noviembre había sido trasladado para recuperarse de la intervención, y, según la investigación, murió solo en la habitación en la que dormía.
En los últimos días se implantó el debate de si «el diez» fue correctamente atendido en sus últimos días y horas de vida y se cuestionó la condiciones en las que se encontraba en el inmueble.
Mario Baudry, representante legal del hijo pequeño de Maradona, Diego Fernando, que nació en 2013 producto de su relación con Verónica Ojeda, consideró que la muerte de Maradona «era evitable».
«Vamos a solicitar que se investigue hasta el final y las últimas consecuencias a todos los que participaron en el cuidado de Diego en el caso de que hubiera un abandono de persona», dijo el abogado a las puertas de la Fiscalía el pasado lunes.