Theodore McCarrick fue acusado de agresión sexual a un menor en la ciudad estadounidense de Boston. El hombre de 91 años se convierte así en el primer cardenal católico en los Estados Unidos en ser acusado penalmente por tales delitos.
Un medio estadounidense publicó unos documentos judiciales que indicaban que McCarrick había sido acusado de tres cargos de agresión indecente y agresión a una persona mayor de 14 años.
Expulsado por el Vaticano después de que una investigación sobre el exsacerdote encontrara evidencia de que había abusado sexualmente de adultos y niños, los cargos criminales que se presentan ahora contra McCarrick se derivan de la agresión sexual de un adolescente en 1974.
El abogado Mitchell Garabedian, que representa a la víctima, elogió la valentía de su cliente y declaró: «se necesita una enorme cantidad de coraje para que una víctima de abuso sexual informe que ha sido atacada a los investigadores y continúe con el proceso penal, y que se presenten los hechos, se aplique la ley y se emita un veredicto justo».
¿Qué hizo McCarrick?
McCarrick había sido amigo de la familia de la víctima según documentos judiciales que afirman que el sacerdote comenzó a abusar de la víctima cuando era solo un niño. También citan un incidente específico en el que la víctima dice que McCarrick abusó de él durante la recepción de la boda de su hermano mayor en 1974, cuando la víctima tenía 16 años.
La víctima argumenta que McCarrick le especificó que dijera «un Padre Nuestro y tres Avemarías para que Dios pueda redimirlo de sus pecados», después de haberlo llevado a una habitación separada y acariciarlo.
¿Qué sabía la Iglesia Católica?
El poder de McCarrick dentro de la Iglesia Católica lo protegió del castigo durante décadas. A pesar de los amplios informes sobre el comportamiento perturbador del clérigo estadounidense, no fue hasta 2019 que el Vaticano finalmente actuó.
La Santa Sede había sabido de acusaciones creíbles de conducta sexual inapropiada de McCarrick que se remontaban al menos a 1999, sin embargo, ni el Papa Juan Pablo II ni el Papa Benedicto XVI tomaron medidas.
A pesar de su inclinación por abusar de su autoridad dentro de la Iglesia, el estatus de McCarrick en la Iglesia Católica de Estados Unidos y su capacidad para recaudar fondos para Roma llevaron al Vaticano y a la Iglesia de Estados Unidos a hacer la vista gorda.
El Papa Francisco, que enfrenta una gran crisis de confianza en la honestidad de la Iglesia Católica al afrontar el problema del abuso sexual por parte de los sacerdotes, ordenó una investigación que finalmente confirmó que McCarrick era un depredador sexual. Fue expulsado oficialmente en 2019.
