Un estudio de salud realizado a lo largo de dos décadas constató que los jóvenes que fuman cannabis pueden estar causando daños duraderos a su inteligencia, memoria y capacidad de atención.
Investigadores de Reino Unido y Estados Unidos estudiaron a más de mil personas en Nueva Zelanda en un período de 20 años.
Aquellos que comenzaron a consumir cannabis siendo adolescentes tuvieron cifras peores en la mayor parte de las pruebas, mostrando un marcado declive en su coeficiente intelectual, IQ.
Un investigador dijo que alguien que hubiera perdido ocho puntos de IQ en su adolescencia sufriría graves desventajas en áreas importantes de la vida, como la educación y los ingresos.