Esta semana Google se enterará si le debe 1.120 millones de euros (US$1.300 millones) en impuestos atrasados a Francia, pocos días después de recibir una multa récord de los entes antimonopolio de la Unión Europea.
Los jueces en París podrían emitir un fallo a partir del miércoles para determinar si Google, una unidad de Alphabet Inc., evadió impuestos ilegalmente en Francia encaminando ventas hechas en el país a Irlanda. El caso depende de si se debería tasar la sede europea de Google en Irlanda como si también constituyese una base permanente en Francia.
“El rechazo ha sido implacable porque el populismo impositivo y criticar a Google están en alza entre algunos políticos”, dijo Maximilien Jazani, abogado de temas fiscales en París. El caso podría causar efectos colaterales “extremamente perjudiciales” porque todo cambio en la interpretación de la ley impositiva se aplicaría a todas las empresas y podría disuadir las inversiones en Francia, dijo él.
Las autoridades de todo el continente andan tratando de reclamar una tajada de los miles de millones de dólares en ganancias que los dueños de Google mantuvieron lejos de su alcance con técnicas conocidas como el “Double Irish” (doble irlandés) y el “Dutch Sandwich” (el sándwich holandés). Para terminar una disputa que se extendió 14 años, hace poco la empresa cerró un acuerdo por 306 millones de euros con las autoridades fiscales italianas. El año pasado, Alphabet, con sede en Mountain View, California, también acordó con las autoridades británicas pagar 130 millones de libras esterlinas en impuestos que se remontan hasta 2005 tras sufrir duras críticas por contabilizar ventas de anuncios a través de Irlanda para reducir el pasivo.
Representantes de Google no quisieron comentar sobre el fallo en Francia. La empresa ya había dicho que acata la ley francesa y estaba cooperando plenamente para responder las preguntas de los funcionarios.
Casos
El fallo en Francia llegará después que el 27 de junio la Comisión Europea decidió multar a Google por 2.400 millones de euros por destacar sistemáticamente a su propio servicio de comparación de compras en los resultados de sus búsquedas generales. El caso de la UE es uno de por lo menos tres contra el motor de búsqueda ante las exigencias de que intervengan los legisladores.
En una economía digital, sostenida por nombres como Facebook Inc. y Amazon.com Inc., Jazani dijo que debería haber una noción estricta de “establecimiento permanente” no vinculada al lugar donde se consuman los servicios, para evitar conflictos territoriales entre los Estados.
“Si se amplía la noción, habrá dos sistemas fiscales o incluso varios”, dijo el abogado. “Eso provocará una guerra mundial impositiva, porque cada Estado tratará de reivindicar una base imponible en su país y generará incertidumbre legal”.
Pero Tove Ryding, coordinadora de justicia impositiva de la European Network on Debt and Development en Bruselas, dijo que las normas actuales son “una forma antigua de pensar” que se remontan a años en los que las multinacionales tenían fábricas en los países donde vendían sus productos, algo que la nueva economía digital explota a voluntad.
“Si uno puede evadir ese concepto legal, queda libre y puede asignar sus ganancias a un país donde pague menos impuestos”, dijo Ryding. “Las administraciones hacen lo mejor que pueden con estas normas disfuncionales” y, en el esquema actual, Francia bien podría perder su caso.
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