Son varios los temas políticos y económicos que tienen en jaque la imagen y favorabilidad del presidente de Estados Unidos Joe Biden.
La encuesta AP-NORC (Center for Public Affairs Research) revela que la mitad de los estadounidenses aprueba y aproximadamente la mitad desaprueba la forma en que Biden está manejando su trabajo como presidente. Solo el 34 % dice que el país va en la dirección correcta.
Desde julio, el índice de aprobación de Biden ha caído entre los demócratas, del 92 % al 85 %. Hay una caída mayor entre los independientes que no se inclinan por ninguno de los partidos, del 62 % en julio al 38%. También bajó entre los estadounidenses blancos (49 % a 42 %) y los afroamericanos (86 % a 64 %).
Una de las más fuertes pruebas que enfrentó fue la retirada de Afganistán, por la que recibió críticas por el proceso de evacuación.
La reforma migratoria es otro de los desafíos que tiene el mandatario, pues tras su llegada al poder, miles de niños solos atravesaron desde México a Estados Unidos pese al cierre de las fronteras terrestres, lo que desató una crisis para la actual Administración, que debió habilitar espacios temporales de albergue debido a la pandemia. Además, activistas urgen una reforma migratoria y la regularización de los casi 400 mil inmigrantes que viven en el país con un permiso temporal llamado Estatus de Protección Permanente (TPS, en inglés), la cual no ha pasado en el Congreso.
De otro lado, a pesar de la aprobación en el Congreso del impago de la deuda nacional, el tema tendrá que volver a debatirse antes de diciembre. Biden quería una solución a largo plazo. El final del año podría ser especialmente agitado en el Congreso, donde los demócratas también están intentando aprobar dos medidas clave para la agenda de Biden: un plan de infraestructuras valorado en 1,2 billones de dólares y un paquete de gasto social de 3,5 billones de dólares, aunque probablemente ese monto acabe reduciéndose.