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Es necesaria una Oficina de Defensoría del cliente en el área migratoria canadiense

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Es necesaria una Oficina de Defensoría del cliente en el área migratoria canadiense
Es necesaria una Oficina de Defensoría del cliente en el área migratoria canadiense

Por Vilma Filici / filici@filici.com

Marco se casó con una ciudadana canadiense y ella presentó una solicitud de patrocinio para él desde dentro de Canadá. En septiembre del 2011, fueron llamados a una entrevista de matrimonio y su caso fue aprobado.

Ahora es ya 2016 y Marco aún no ha sido llamado para recibir su residencia permanente. Él no tiene problemas médicos y tampoco tiene problemas de criminalidad, de hecho, en enero del año pasado fue informado en el Centro de Llamadas de Inmigración que efectivamente había pasado todos los requisitos y que un oficial revisaría su caso en mayo del 2015.

Marco le dijo al funcionario del Centro de Llamadas de Inmigración que sus exámenes médicos expirarían pronto y preguntó si podía asegurarse de que su caso fuera acelerado. El oficial le dijo que no podía hacer tal cosa y que tenía que esperar hasta mayo cuando el oficial encargado revisaría su caso.

En junio del 2015, Marco recibió una carta de Inmigración pidiéndole que volviera a hacerse los exámenes médicos porque habían expirado. Obediente, Marco se sometió a exámenes médicos de nuevo, esperó unos meses y llamó al Centro de Llamadas de Inmigración para hacerles saber que ya se había hecho sus exámenes médicos, y les preguntó cuánto tiempo tenía que esperar. Le dijeron que un oficial revisaría su expediente en noviembre.

En ese momento, Marco estaba extremadamente frustrado y le dijo a la oficial que la situación no tenía sentido porque ya había estado esperando durante cinco años y que no era justo hacerlo esperar más tiempo dado que el sitio web de Inmigración afirma que un patrocinio por matrimonio dentro de Canadá tarda un total de 26 meses, y que ya había esperado el doble de ese tiempo.

La oficial reprendió a Marco y le dijo que no iba a tolerar su comportamiento abusivo, que tenía que calmarse y escucharla. Le explicó que debido a que su caso fue transferido a una entrevista, su solicitud no siguió los tiempos de procesamiento normales y que por lo tanto su argumento no era válido.

Marco entonces envió cartas a la oficina donde está siendo procesado su caso y ha intentado todo para lograr que alguien revise su solicitud y lo coloque en la pila de archivos a ser llamados para una entrevista de entrega de residencia, pero no ha tenido éxito.

Por desgracia el caso de Marco no es un caso aislado, pero por suerte para él, está en Canadá con su cónyuge, ya que hay muchas otras personas en su situación que se encuentran fuera de Canadá y por lo tanto separados de sus familias.

El debate sobre el tema de la inmigración en estos días ha sido precisamente sobre si hay necesidad de una defensoría del pueblo en esta área. Desde la perspectiva de un profesional en temas migratorios, el tener una Oficina de un Defensor (Ombudsman) aliviaría en gran medida la frustración de nuestros clientes ya que a diario nos enfrentamos a falta de transparencia, falta de una vía de bajo costo para tratar problemas que están más allá de la norma, y falta de las respuestas por parte de los servicios de Inmigración.

A pesar de que hay un Centro de Llamadas de Inmigración al cual se puede recurrir cuando hay un problema con los casos, este centro de llamadas, como se puede ver en el caso de Marco, no está autorizado para actuar en determinadas situaciones, y, además, en muchos casos no puede proporcionar la información correcta sobre un proceso.

Las alternativas para tratar de averiguar lo que está sucediendo en un caso cuando no hay respuesta, cuando hay una decisión evidentemente equivocada, o cuando hay una violación a la equidad procesal, es que el cliente haga una solicitud a la Corte Federal para que esta ordene el Departamento de Inmigración que proceda con una decisión sobre el caso, o solicitar una revisión judicial de la decisión tomada.

El problema de tener básicamente sólo estas alternativas para corregir un problema es que tarda mucho tiempo y es extremadamente costoso para el cliente, quien en muchas ocasiones tiene fondos económicos muy limitados para contratar a un abogado.

En el pasado, hace más de dos décadas, se podía llamar a las oficinas de Inmigración y a las oficinas de visas y hablar con el oficial encargado del caso para resolver cualquier problema en el momento oportuno. Pero el gobierno consideró que se desperdiciaba demasiado tiempo de los oficiales, y en nombre de la eficiencia creó un sistema paralelo que parece una sociedad secreta. A veces, cuando se logra obtener el número telefónico de algún oficial y se le llama, este se muestra sorprendido y curioso en cuanto a cómo se obtuvo dicho número.

Los problemas comenzaron hace más de 20 años, pero empeoraron en los últimos diez años del anterior gobierno conservador. Porque muchos oficiales con gran experiencia se retiraron y se contrató a nuevos oficiales, quienes no han recibido una formación adecuada por lo que cometen un montón de errores que causan más retrasos. El gobierno anterior también redujo el presupuesto para el Departamento de Inmigración, con lo que hizo aún más difícil el acceso y el tener tiempos de procesamiento razonables.

En situaciones en las que un caso se está procesando con su curso normal, sin ningún tipo de complicaciones, no es necesario tener acceso a un funcionario o una oficina especial para resolver problemas, pero en situaciones como la que Marco está atravesando, es esencial poder tomar el teléfono y hablar con alguien con autoridad para lidiar con el problema. Poder explicar algo así como que todo está listo en el caso y que por favor aceleren una cita para que Marco pueda recibir su residencia permanente antes de que sus exámenes médicos expiren una vez más.

El Ministro de Inmigración, Refugio y Ciudadanía, John McCallum, dice que si se necesita una Oficina de Defensoría estaría dispuesto a abrirla, pero cree que sería duplicar el trabajo que su departamento ya lleva a cabo. Por desgracia, el Centro de Llamadas de Inmigración no ha sido una vía eficiente para resolver problemas cuando un caso está siendo tratado con errores, por lo que debería haber una oficina donde el cliente pueda encontrar un oído sensible que le ayude a hacer frente a los problemas, sin tener que gastar cantidades excesivas de dinero.

 

 

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