La ministra de comercio internacional de Canadá, Mary Ng, aseguró que Estados Unidos parece estar presionando con lo que ella llama aranceles “injustificados” sobre las importaciones de madera blanda.
Ng explicó que los aranceles antidumping y compensatorios que impone EE. UU. a la madera blanda canadiense son poco más que un impuesto a los consumidores estadounidenses.
Una serie de documentos presentados por el Departamento de Comercio de EE. UU., solo la última de una serie de revisiones de la disputa, indica que los derechos antidumping y compensatorios no van a desaparecer.
Las últimas tasas de aranceles combinados, que son preliminares y no entrarán en vigencia hasta después de una revisión final prevista para este verano, oscilan entre el 7,29 y el 9,38%.
Ng considera que los resultados de la revisión son decepcionantes para los trabajadores, las empresas y las comunidades del sector forestal en ambos lados de la frontera entre Canadá y Estados Unidos.
Ella añadió que Canadá utilizará todas las vías para luchar contra los aranceles, incluido el litigio en virtud del TLCAN y su sucesor, el Acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá, así como en la Organización Mundial del Comercio.
EE. UU. quiere que Canadá aborde el régimen provincial de derechos de tala que los productores estadounidenses se han quejado durante mucho tiempo y que otorga a los productores al norte de la frontera una ventaja injusta, el tema central de una disputa que ha persistido durante décadas.
Sin embargo, Ottawa insiste en que un cambio tan fundamental en la forma en que se gestiona un recurso clave de la Corona no está sobre la mesa.
Las provincias productoras de madera establecen tarifas de derechos de tala para la madera extraída de tierras de la Corona, un sistema que los productores estadounidenses, obligados a pagar las tasas del mercado, dicen que equivale a un subsidio injusto.
