Después de al menos 300 años sin salir del centro de Caracas, la imagen del Nazareno de San Pablo abandonó el miércoles la basílica donde reside para un inédito recorrido en automóvil por todas las barriadas de la capital venezolana, donde fue venerada por centenares de personas desde sus viviendas, aunque algunos violaron la cuarentena del coronavirus y salieron a las calles para tomar fotografías y ver de cerca la imagen.
La hermosa talla de madera, de 1,74 metros de altura, salió a mediados de la mañana la histórica Basílica de Santa Teresa, en el centro capitalino, para emprender un recorrido de unas ocho horas y más de 50 kilómetros en un automóvil blanco que utilizó el papa Juan Pablo II en su primera visita al país en 1985.
“El Nazareno de San Pablo camina con su pueblo”, dijo el cardenal Baltazar Porras poco antes de abordar el llamado “papamóvil” para acompañar a la imagen en el inédito paseo por toda la capital, que organizaron las autoridades de la iglesia católica como parte de las celebraciones de la Semana Santa que este año se vieron trastocadas por la cuarentena que impuso el gobierno a mediados de marzo por la pandemia del coronavirus.
La enfermedad ha dejado nueve fallecidos y 167 contagiados.
“Hoy hubo una procesión atípica por los tiempos de coronavirus”, afirmó el mandatario Nicolás Maduro, y relató que durante el recorrido del Nazareno de San Pablo se vieron “conmovedoras imágenes de hombres, de mujeres, de niños, de niñas, de todas las edades”.
“Ahí está el Nazareno llevando sus bendiciones. En tiempo de coronavirus logramos coordinar con las autoridades de la Iglesia Católica y del gobierno”, expresó Maduro al comentar las imágenes del recorrido, sin mencionar que en días previos el ministro del Interior, mayor general Néstor Reverol, anunció la cancelación de la procesión hasta después de la cuarentena. Sin mayores explicaciones, los representantes de la Iglesia Católica anunciaron al comienzo de la jornada que se había logrado la autorización para el recorrido.
Resguardado por una decena de motorizados civiles, guardias nacionales y policías, el vehículo con el Nazareno de San Pablo visitó la mayoría de las barriadas del oeste y este de la capital y algunas de las principales iglesias, donde fue recibido entre cantos religiosos y el repique de campanas.
La imagen también recorrió el fuerte militar Tiuna, el mayor de la capital, y se detuvo en el Ministerio de la Defensa donde fue venerada por su titular, general en jefe Vladimir Padrino Lopez, y otras autoridades militares.
A su paso por las principales vías y barriadas capitalinas, decenas de personas, algunas de ellas vestidas con túnicas moradas similares a la que usa el Nazareno, se aglomeraron en las aceras, incumpliendo la cuarentena, para honrar la imagen, que data del siglo XVII, y tomarle fotografías.
“Tráenos señor la salud al mundo entero”, dijo a través de un parlante un sacerdote, que acompañó el recorrido desde un camión, al pedir al Nazareno protección ante la pandemia.
Desde hace décadas se ha convertido en una tradición que decenas de miles de habitantes de la capital venezolana visiten en la Basílica de Santa Teresa al Nazareno de San Pablo, al que se le atribuyen numerosos milagros, y acompañen la multitudinaria procesión con la imagen que se realiza el miércoles de Semana Santa, que por primera vez fue suspendida debido a la cuarentena.