El jefe de la delegación de esa guerrilla, ‘Pablo Beltrán’, considera que con ese y otros acuerdos humanitarios, el siguiente gobierno estaría obligado a seguir en la mesa de negociación.
En la antesala al congreso internacional “Para no volver a la guerra”, que se realiza este miércoles en el Teatro de la Universidad de Medellín, el jefe de la delegación de diálogos de la guerrilla del Eln, Pablo Beltrán, envió un mensaje a los asistentes del evento sobre la posibilidad de que el próximo 18 de mayo se decrete un nuevo cese al fuego “mejor que el anterior” antes de la primera vuelta presidencial.
Indicó que las partes (el Gobierno y el Eln) avanzan en marchas aceleradas para pactar, además, medidas de “alivio humanitario en algunas regiones” y organizar los primeros espacios para un “gran diálogo nacional”. Todo esto mientras de concreta una nueva sede, luego de que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, anunciara que ese país no continuará como garante del proceso.
Para esa fecha, indicó, se tiene previsto que se tengan los primeros resultados, a los cuales se suma que haya una participación amplia de la sociedad civil y avances significativos en la agenda de negociación. El objetivo es claro: adelantar las negociaciones de tal manera que quien sea elegido como presidente “se vea obligado a respetar esos avances”.
Por otra parte, aseguró que a pesar de que el Eln tiene interés en acabar la confrontación armada, hay dos hechos relacionados con el cumplimiento de los acuerdos con las Farc que les despiertan suspicacias. El primero tiene que ver con el punto de la participación política. “Una guerrilla está dispuesta a la solución política, quiere ser partido legal y ni siquiera así la admiten. ¿Entonces qué quieren?”.
A su vez, cuestionó el incremento del asesinato de líderes sociales, representantes de la izquierda y de sectores alternativos. “Si el modelo de solución política aplicado a las Farc conduce al exterminio, ¿qué nos queda a nosotros?”.
Beltrán se refirió además a sus reparos e inconformidades frente a la forma en la que se desarrolla el V ciclo de los diálogos, indicó: “Lo que he constatado es que (el Gobierno) tiene muy poquita voluntad de cambio”.
Aseguró, en principio, que se tiende a creer que el fin último de la negociación es el fin de la guerra. “Es importante seguir buscando la paz, pero la paz es más que el silenciamiento de los fusiles”. Por eso indicó que está establecido dentro de la agenda “propiciar transformaciones de paz”.
A su juicio, la transformación a la que hace referencia debe recaer tanto sobre la guerrilla y como del Gobierno. “Porque si le piden a la guerrilla que cambie de manera sustancial, como existir, nosotros estamos dispuestos, pero pedimos que el Gobierno también cambie”. Y agregó:“Lo que he constatado es que está muy amañado y cómodo con sus privilegios y no quiere cambiar”.
Finalmente, hizo un llamado a que se cumplan los acuerdos con las Farc y a que se mantenga la continuidad del proceso, sin importar qué tendencia política llegue al poder.