Fernando Vidal cree que las personas que lo rociaron con gasolina y lo prendieron fuego en su estudio de radio en Yacuiba tienen vínculos con el MAS, el partido de Gobierno.
«Evo sabe quién es el que está quemado, pero no quiere que se le eche la culpa a su partido. Ni que alguien del MAS haya dado la orden de cometer este ataque», afirmó el periodista atacado.
Fernando Vidal, un veterano periodista boliviano de 70 años, que se inició en la radio a los 14, es una personalidad reconocida en Yacuiba, donde fue alcalde y dirigente cívico. Llegó, incluso, a acercarse al actual presidente Evo Morales, quien antes de alcanzar la gobernación le ofreció dirigir su partido, Movimiento al Socialismo, en el ámbito regional.
Vidal no accedió por encontrarse comprometido con otra fuerza política, pero llegó a conocerlo bien: «Estuvo todo un día en mi casa, comiendo, bebiendo y conversando». Pero ahora, dice Vidal, la gente que está a su alrededor «lo transformó en un monstruo». «Hoy las cosas han cambiado, porque en siete años en el gobierno del MAS ha aflorado un estado de corrupción salvaje», explicó en diálogo con Radio Mitre de la Argentina.
«Era de esperar lo de esta gente, a la cual uno le está arruinando el pastel con las investigaciones. Varios estarán deseando mi muerte. Estarán tremendamente preocupados porque esto también los va a salpicar», dijo Vidal.
El brutal ataque a Vidal sucedió en Yacuiba, en el sur de Bolivia, el lunes 29 de octubre. Unos encapuchados irrumpieron mientras realizaba su programa radial.
Su colega Esteban Farfán relató que estas personas encapuchadas ingresaron a la radio, derramaron gasolina sobre Vidal, de 78 años, y sobre los equipos de la emisora y encendieron el fuego.
Para Vidal, «son gente del alcalde de Yacuiba, del Poder Autonómico Nacional, de un hombre que debería estar preso, pero que se ha pegado al MAS para preservar su situación y gastar toda la plata que ha robado».
Sufrió quemaduras de tercer grado en la cabeza, el pecho, el estómago y los brazos. Este periodista, con 18 años de trayectoria, es muy crítico con varios políticos de la provincia del Gran Chaco, en el sur del país, y en el momento del ataque analizaba el tema del contrabando en la frontera entre Bolivia y la Argentina.