El presidente venezolano, Nicolás Maduro, en el poder desde 2013 y candidato a un tercer mandato el 28 de julio, confía en que sigue siendo el hombre adecuado para dirigir el país miembro de la OPEP, pero las elecciones presidenciales del domingo han atraído un nivel de entusiasmo de los votantes hacia la oposición que podría derrocar a su régimen.
El rostro de Maduro aparece en carteles pegados en farolas, murales y anuncios a lo largo de las principales avenidas de Caracas, con lemas que instan a la gente a votar por el presidente.
«Llueva, truene o relampaguee… vamos a ganar por goleada», dijo en una reciente emisión en la televisión estatal, poco después de leer los resultados electorales simulados en los que se anotó «una victoria irreversible». Ha tildado a la oposición de «extrema derecha» y ha advertido de un «baño de sangre» si pierde, un comentario que enfureció al presidente del vecino Brasil .
Pero parte del entusiasmo que se observa hacia la principal oposición proviene de sus antiguos partidarios, los «chavistas» que una vez salieron en masa para apoyar al partido de Maduro y su difunto mentor Hugo Chávez, según entrevistas que Reuters realizó en manifestaciones de la oposición y en ciudades de todo el país.
«Llevamos 25 años apoyando al chavismo con la esperanza de que en algún momento iban a enderezar el rumbo del país, pero cada día es peor», dijo la profesora Marina Pérez en un mitin de la oposición en Valencia. Su salario no ha aumentado en dos años, dijo.
«Ahora hay dos líderes que nos dan una nueva inspiración», dijo Pérez. «Eso es lo que queremos: un cambio».
Sí, dos líderes.
María Corina Machado, pese a su popularidad y a su contundente victoria con dos millones de votos en las primarias de la oposición, no es la candidata de la oposición. El máximo tribunal de Venezuela confirmó en enero la inhabilitación que pesa sobre la ingeniera industrial de 56 años, que le impide ejercer cargos públicos.
Ella no ha desaparecido de la vista, sino que se ha volcado en la campaña por su sustituto como candidato oficial, el ex embajador Edmundo González, atrayendo multitudes que a veces se cuentan por miles, según los asistentes y las imágenes captadas por los medios, con asistentes a veces llorosos que a menudo les entregan rosarios u otros obsequios.
Colapso económico, migración masiva
Maduro, de 61 años, ha presidido un colapso económico prolongado en la otrora relativamente rica nación sudamericana. Casi el 82 por ciento de los venezolanos vive en la pobreza, y el 53 por ciento en la pobreza extrema, sin poder comprar ni siquiera alimentos básicos, dijo un relator especial de la ONU en febrero después de visitar el país.
Unos 7,7 millones de migrantes abandonaron el país en la última década. La mayoría de ellos se dirigieron a Colombia, pero el aumento de migrantes que llegan a la frontera estadounidense ha causado dolores de cabeza en Washington, ya que a principios de este año Venezuela se negó a aceptar deportaciones de migrantes sin solicitudes de asilo válidas.
Años de mala gestión, la caída de los precios del petróleo y las sanciones estadounidenses han afectado la producción de crudo en Venezuela, pero casi el 60 por ciento de los ingresos del país seguirán proveniendo del petróleo en 2024, según cifras oficiales.
Los críticos, tanto nacionales como extranjeros, dicen que Maduro es un dictador que ha encarcelado o perseguido a opositores políticos y ha bloqueado reiterada e injustamente la participación de candidatos de la oposición en las elecciones.
Los Estados Unidos y muchos otros países occidentales consideran que la victoria de Maduro en 2018 fue una farsa. Un esfuerzo occidental realizado el año siguiente para conseguir apoyo en torno a Juan Guaidó no condujo a cambios significativos.
Entusiasmo, pero preocupación por el recuento de votos
Machado y González han hablado extensamente de la necesidad de reunir a las familias en medio de la crisis migratoria.
«Cuando hay una manifestación lo que veo es alegría, emoción, porque la gente tiene esperanza de que el país cambie», dijo Darwin Mendoza, de 27 años, un repartidor en el estado Aragua.
Machado ha caracterizado al gobierno de Maduro como una «mafia criminal».
González, de 74 años, fue embajador en Argentina entre 1999 y 2002. En su primera aparición de campaña en mayo, González dijo que quiere construir un país «donde el presidente no insulte. Un país donde todos sean parte, dejando atrás la confrontación».
González lleva su propio almuerzo a la campaña electoral y en un video en las redes sociales dice que quiere evitar que cierren los negocios que frecuenta. Varios restaurantes en los que González y Machado han parado han sido cerrados posteriormente, al igual que algunos hoteles.
La oposición ha advertido que las decisiones de las autoridades electorales —desde la dotación de personal en los colegios electorales hasta el diseño de las papeletas— se han tomado con la intención de confundir a los votantes y crear obstáculos para una elección libre.
Junto con los gobiernos occidentales, estarán observando atentamente para ver si las elecciones, que se celebrarán el día del nacimiento de Chávez, serán administradas de manera justa con resultados precisos.
