Logró la victoria sin necesidad de segunda vuelta contra Mauricio Macri, quien culmina su mandato con la peor crisis de la historia del país en 17 años
Con casi el 80% de las mesas escrutados, Fernández obtuvo 47,45% de los votos, contra el 41,11% de Macri.
De esta manera este abogado de 60 años que postuló en la fórmula con la expresidenta Cristina Kirchner (2007-2015) es el próximo presidente de este país de 44 millones de habitantes.
«Es un gran día para la Argentina», dijo muy sonriente Fernández, de 60 años, al salir con aire triunfal de su casa a saludar a simpatizantes después del cierre de la elección.
Para ganar en primera vuelta, Fernández debía obtener más de 45% de los votos o más de 40% y superar en al menos 10 puntos a su rival.
Bajo un clima de tensión en varios países de América Latina, con masivas protestas en Chile, Bolivia y Ecuador, y una crisis en Venezuela, la elección de Argentina es clave en la configuración de fuerzas en la región.
«Paciencia y tranquilidad»
Miles de personas cantaron y saltaron frente al comando de campaña del Frente del Todos al grito de «¡Se siente, se siente, Alberto presidente!», en medio de banderas con el rostro de la expresidenta.
Nora Martínez, una agente de 59 años, es una de ellas. «Quiero que este gobierno se vaya pronto, en cuatro años le hicieron un daño muy profundo al país».
Mientras que los rostros de desazón en el comando de campaña oficialista eran visibles. Macri aún no apareció ni se pronunció.
Este ingeniero, de 60 años, termina su mandato con el país sumido en la peor crisis económica desde 2001, con alta inflación (37,7% a septiembre) y un aumento de la pobreza (35,4%). El presidente defiende que debió hacer ajustes para ordenar el desequilibrio económico que encontró al asumir en 2015, y que a partir de ahora se verán los resultados.
«Presión sobre el peso»
Los inversores temen que un gobierno de Fernández implique el retorno de las políticas intervencionistas del kirchnerismo (2003-2015). Analistas se preguntan además quien gobernará: Fernández -exjefe de gabinete de Cristina y de su esposo, el fallecido Néstor Kirchner- o la expresidenta de 66 años.
Fernández aseguró una y otra vez que los depósitos bancarios argentinos están a salvo y rechazó que se vuelva a repetir el fantasma de la crisis del año 2001, cuando se congelaron y se pesificaron los que eran en dólares.
Pero los argentinos ya dieron muestras de pánico. Desde las primarias, hubo retiros de depósitos en dólares por más de 12.000 millones (36,4% del total). Y tan solo el viernes, el Banco Central perdió otros 1.755 millones de dólares en reservas para frenar la depreciación de la moneda.
El lunes «habrá mucha presión sobre el peso y sobre los bancos, pero los mercados ya anticiparon los resultados, la reacción no será tan brutal como luego de las primarias» de agosto, vaticinó Nicolás Saldías, investigador del Wilson Center.
«Esa Argentina que soñamos»
En el último mes, Macri concentró sus esfuerzos en convencer a los indecisos para sumar votos que permitan ir al balotaje, al recordar las denuncias de corrupción contra el kirchnerismo y su entorno.
A mediados de julio de 2018, en medio de una corrida bancaria, Macri acudió al Fondo Monetario Internacional que otorgó un préstamo de 57.000 millones de dólares a cambio de un ajuste fiscal que frenó aún más la economía. Todavía falta la entrega de 13.000 millones, pero el FMI espera el resultado electoral.
Fernández aseguró en varias oportunidades que cumplirá con el pago.
Pero además de los mercados, necesita dar seguridad a los millones de personas que votaron por Macri.
«Fernández deberá restaurar la confianza en el kirchnerismo. En los meses que vienen, y hasta que asuma (el 10 de diciembre), Macri será el presidente y Fernández tendrá el poder», explicó Saldías.
«Tienen que dar señales de que trabajan juntos, de lo contrario, la situación se hará insostenible», advirtió.