El debate en francés del jueves por la noche tuvo un comienzo mucho menos frenético que el debate en inglés, como se suponía los candidatos atacaron al líder local del bloque quebequense Yves-François Blanchet y algunos lo tildaron de separatista.
El animado debate de dos horas marcó un hito para las elecciones federales: es la primera vez que los seis líderes de los partidos federales se enfrentaron en un debate ante los canadienses a solo un día que abrieran las elecciones anticipadas el viernes y con ello, la cuenta regresiva para el día de las elecciones del 21 de octubre.
En este debate, los líderes discutieron sobre una amplia gama de temas que aún no se habían abordado hasta ahora en la campaña, incluidos los derechos digitales, los costos para las personas mayores y el comercio de Canadá con China.
Pero el tema que más se toco fue el del oleoducto, La política de construirlo es muy importante en Quebec, junto con la batalla contra el cambio climático.
El líder del PND, Jagmeet Singh, la líder del partido Verde, Elizabeth May, el líder conservador Andrew Scheer.el líder del bloque quebequense, Yves Blanchet, y el líder del Partido Popular Maxime Bernier utilizaron el planteamiento del líder liberal Justin Trudeau de nacionalizar el oleoducto Trans Mountain como caballo de batalla para rechazar reiteradamente cualquier otra promesa que su partido pudiera hacer sobre el medio ambiente.
Por otro lado, El líder liberal Justin Trudeau y el líder conservador Andrew Scheer exhortaron a los quebequenses a rechazar los avances de Blanchet y votar por un partido que pueda formar parte de un gobierno después del 21 de octubre.
Trudeau sugirió que la idea de Blanchet de un plan de pago de igualación vinculado a objetivos ambientales no funcionaría sin un gobierno federal que tuviera apoyo nacional para implementarlo. La última vez que el Bloque fue fuerte no lograron avanzar en su agenda, esta vez no será diferente, dijo Trudeau.
«Lo que está claro es que los quebequenses quieren ser parte de la acción, no parte de la oposición», dijo a los periodistas después del debate.
Scheer trató de pintar a Blanchet como un separatista, acusándolo de «ocultar sus verdaderas intenciones» para hacer un plan con el separatista Parti Quebecois inmediatamente después de las elecciones para revivir el movimiento soberanista.
Blanchet en torno sarcástico, dijo que los ataques de Trudeau y Scheer eran un cumplido.
El conservadurismo de Scheer también fue atacado desde la otra dirección por Bernier, quien intentó describir a su antiguo colega del partido conservador como simplemente otra versión de los liberales. Posicionar a su propio partido como mucho más conservador que el que dejó fue una estrategia clave para Bernier.
«El Sr. Trudeau y el Sr. Scheer tienen la misma postura sobre el cambio climático», alegó, antes de atacar aún más un pilar del enfoque de Scheer para abordar las emisiones en el extranjero.
Trudeau consideró a Scheer y Bernier como los atípicos del cambio climático, diciendo que solo había «cuatro de nosotros aquí que lucharemos para proteger el medio ambiente».
May estaba haciendo su debut en el debate en francés en la campaña actual. El debate francés anterior, presentado por la cadena de televisión TVA, la excluyó.
May dijo que otro tema candente en Quebec, un proyecto de ley que prohíbe el uso de símbolos de fe por parte de algunos de los servidores públicos de la provincia, no debería recibir tanta atención durante esta campaña como lo ha hecho.
«Hemos hablado más sobre eso que la crisis climática, y eso me preocupa».
Hizo hincapié en las credenciales de su partido, volviendo a su refrán familiar de que el cambio climático necesita medidas más urgentes porque «nuestra casa está en llamas». Y se hizo eco de la activista climática sueca Greta Thunberg, diciendo que los otros líderes no toman el tema lo suficientemente en serio.
Pero se enfrentó a la interrogación sobre cómo pagaría sus planes climáticos.
Otro tema polémico en Quebec, fue la «prueba de valores» propuesta para inmigrantes, también fue parte del debate, con Trudeau sugiriendo que la idea era apropiada ya que depende de Quebec decidir qué preguntas hacer a las personas que desean establecerse allí.
