La Organización Mundial del Turismo (OMT) ha advertido este jueves de que el turismo internacional podría caer hasta un 60 u 80 % en 2020 como consecuencia de la pandemia del coronavirus, la «peor crisis» a la que se ha enfrentado este sector desde que comenzaran los registros hace setenta años.
Según el último Barómetro OMT del Turismo Mundial, sólo en el primer trimestre este turismo se ha contraído un 22 %, con 67 millones menos de turistas internacionales, lo que traducido en cifras significan 80.000 millones de dólares (74.000 millones de euros) en exportaciones perdidas.
Las llegadas en marzo registraron una caída «abrupta» del 57 %, a consecuencia del inicio del confinamiento en numerosos países, la introducción de restricciones de viaje y el cierre de aeropuertos y fronteras.
Aunque la región de Asia y el Pacífico es la que muestra el mayor impacto en términos relativos y absolutos (33 millones menos de llegadas), el de Europa, aunque menor en porcentaje, es bastante elevado en volumen (22 millones menos).
«El turismo ha recibido un duro golpe y son millones los puestos de trabajo que se encuentran en peligro en uno de los sectores de la economía que más mano de obra emplea», alerta el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili.
Según este organismo especializado de las Naciones Unidas, los escenarios actuales apuntan a un posible declive de las llegadas de entre el 58 % y el 78 % para el año, si bien aclara que dependerá de la velocidad de la contención y de la duración de las restricciones de viaje y el cierre de las fronteras.
De este modo, manejan tres posibles fechas para la apertura gradual de las fronteras internacionales: el primero, que supondría la relajación de las restricciones de viaje a principios de julio, supondría una caída del 58 %.
El segundo, a principios de septiembre, conllevaría una pérdida del turismo internacional del 70 %, porcentaje que rondaría el 80 % en el caso de que las restricciones comenzaran a flexibilizarse sólo a principios de diciembre.
En estos tres escenarios, el impacto de la caída de la demanda de podría suponer la pérdida de entre 850 y 1.100 millones de turistas internacionales, y con ellos, de entre 910.000 millones y 1,2 billones de dólares (843.000 millones y 1,1 billones de euros) en ingresos por exportaciones del turismo.
Asimismo, la crisis hace que se encuentren amenazados entre 100 y 120 millones de puestos de trabajo en empleo directo del turismo.
El impacto, indica la OMT, se sentirá en diversos grados en las distintas regiones, siendo la de Asia-Pacífico la que, en teoría, empezará a ver la luz antes.
La demanda interna podría estimularse antes que la internacional, sostiene el grupo de expertos del organismo, que aguarda signos de recuperación en el último trimestre de 2020, pero sobre todo en 2021.
En este sentido, consideran que la población mundial retomará antes los viajes de ocio, principalmente para visitar a amigos y familiares como ha sucedido en las anteriores crisis, que los de negocios.
En Europa, al igual que Asia, los expertos esperan que la recuperación comience este año, como en África y Oriente Medio, mientras que las perspectivas son menos positivas respecto al continente americano.
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