Redacción Internacional, 26 ene (EFE).- La victoria de la coalición de izquierda Syriza, la gran vencedora de las elecciones celebradas este domingo en Grecia, fue recibida con regocijo por sus correligionarios europeos y con la advertencia del Bundesbank, que recordó que la economía griega sigue necesitando apoyo externo.
Con el 99,8 por ciento de los votos escrutado, Syriza obtiene el 36,4 por ciento de los votos y 149 escaños, con lo que se quedaría a dos de la mayoría absoluta, y muy por delante de la segunda fuerza más votada, la conservadora Nueva Democracia (hasta ahora en el gobierno), que ha conseguido el 27,8 % y 76 escaños.
El presidente del grupo socialista en la Eurocámara, Gianni Pittella, se congratuló «por la victoria de los partidos de izquierda en Grecia» y señaló que «la renegociación de la deuda griega no debe ser ya vista como un tabú».
«Los griegos han elegido claramente romper con la autoridad impuesta bajo el dictado de la troika y piden un nuevo gobierno que desarrolle políticas justas con más elementos sociales», señaló el representante socialista.
Agregó que «la renegociación de la deuda griega, y en particular la ampliación de los términos de su rescate no deberían ser considerados como un tabú».
El Partido Socialista español (PSOE) escribió por su parte en Facebook: «Llevamos 3 años denunciando el austericidio de la UE y proponiendo una alternativa económica para Europa, incluidas España y Grecia. Esperamos que Syriza abra un cauce de diálogo para acabar con la austeridad en la UE».
Su líder, Pedro Sánchez, se limitó a felicitar a Syriza «por su victoria» por medio de Twitter. «Todo nuestro apoyo al pueblo griego», agregó
El líder del nuevo partido español Podemos, Pablo Iglesias, que ha estado muy activo en la campaña electoral griega, afirmó que la victoria «clara» de Syriza demuestra que «las políticas de austeridad provocan un enorme dolor social» y son «ineficaces».
En declaraciones a un programa de la cadena española de televisión La Sexta, Iglesias se felicitó por el triunfo de Syriza porque, dijo, al fin los griegos tendrán «un presidente griego de verdad, no un delegado» de la canciller alemana, Angela Merkel, y estarán gobernados por alguien que «pondrá por delante los intereses de su país».
Por su parte, el candidato a la Presidencia del Gobierno español por la coalición Izquierda Unida, Alberto Garzón, que vivió la jornada electoral en Atenas apoyando a Syriza, declaró en el mismo programa que «el pueblo griego ha decido salirse del camino de los recortes y del neoliberalismo que le llevaba al suicidio».
En una entrevista con la cadena BFM TV, el eurodiputado y fundador del Partido de Izquierda francés, Jean-Luc Mélenchon, consideró que la victoria de Syriza supone una «página nueva» para Europa y «un momento histórico».
Lejos de esas valoraciones, el presidente del Banco Central alemán (Bundesbank), Jens Weidmann, dijo que la economía de Grecia sigue necesitando apoyo externo y recordó al futuro Gobierno de Atenas que ese respaldo solo tiene cabida «si se respetan los acuerdos» adoptados.
«Está claro que Grecia no puede todavía prescindir del apoyo de un programa de ayuda. Y, naturalmente, un programa de ese tipo solo puede darse cuando se cumplen los acuerdos», afirmó Weidmann en una entrevista en la televisión pública alemana ARD.
El presidente del banco central alemán confió en que «el nuevo gobierno griego no haga promesas ilusorias que el país no se puede permitir» y que continúe con las reformas estructurales que se necesitan sin poner en cuestión lo conseguido hasta el momento.
La Comisión Europea (CE) no quiso pronunciarse hasta que se conozcan los resultados definitivos, indicó hoy un portavoz comunitario.
Desde el Partido Popular Europeo (PPE), su presidente, Manfred Weber, señaló en su cuenta de Twitter que «pronto quedará claro que Tsipras ha hecho promesas vacías» a su electorado.
Asimismo apuntó a que «la senda de las reformas en Grecia debe continuar».
También en Twitter escribió el primer ministro británico, David Cameron, que el resultado de las elecciones en Grecia «aumentará la incertidumbre económica en Europa».