Un grupo de senadores demócratas y republicanos presentó hoy un conjunto de «principios» comunes para avanzar en una reforma migratoria integral en EE.UU. que incluya una vía a la ciudadanía para parte de los alrededor de 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Los senadores, entre ellos Marco Rubio en el lado republicano y Robert Menéndez en el lado demócrata, indicaron que este acuerdo bipartidista es una oportunidad para conseguir una reforma migratoria que se resiste desde antes de la llegada del presidente Barack Obama a la Casa Blanca en 2009.
La propuesta de los ocho legisladores (cuatro demócratas y cuatro republicanos), que firman y dan peso a este acuerdo marco, podría traducirse en un primer proyecto de ley el próximo marzo y, según el senador demócrata Charles Schumer, ser aprobado «a finales de primavera o principios del verano (a mitad de año)» por la Cámara alta.
Si el consenso, finalmente, es alcanzado en el Senado, la Cámara de Representantes podría dar luz verde a una reforma integral de un sistema que líderes de ambos partidos consideran «roto», desfasado y que no contribuye a la mejora económica del país.
Uno de los firmantes, el senador republicano y candidato presidencial en 2008, John McCain, confió en que el texto de la ley cuente con un mayoritario apoyo bipartidista en el Senado, ya que, en su opinión, «2013 representa para nosotros la mayor oportunidad en muchos años para conseguir una reforma del sistema migratorio».
Tanto demócratas como republicanos han acordado que la reforma incluya una «vía para la ciudadanía dura, pero justa» para millones de inmigrantes que viven en la ilegalidad, con especial preferencia para aquellos que llegaron al país de niños y los trabajadores del sector primario, que han realizado trabajos mal pagados durante años.
«Inmediatamente después de que la ley sea aprobada, las personas que viven ahora en la sombra tendrán el derecho legal a quedarse y trabajar aquí. No serán deportados, siempre que no tengan antecedentes criminales. No serán acosados nunca más», indicó en rueda de prensa Schumer.
El proceso de regularización se realizaría de manera progresiva y obliga a aquellos que han permitido que sus visados caduquen o han ingresado en el país de manera ilegal a someterse a chequeos de antecedentes y pagar multas para obtener la residencia permanente o «green card».
Por su parte, los conocidos como «dreamers», que llegaron al país cuando eran menores y no por voluntad propia, tendrán preferencia para optar a la ciudadanía, mientras que los trabajadores indocumentados del sector agrícola podrán también convertirse en ciudadanos mediante un plan específico diseñado para ellos.
Los republicanos Rubio y McCain quisieron poner el acento en la necesidad de que se mejore el control fronterizo para reducir la llegada de personas indocumentadas, así como los sistemas de verificación de visados y permisos de trabajo, requisitos previos para poder iniciar las regularizaciones.
Asimismo, los permisos de entrada legal para trabajar en Estados Unidos estarán ligados a la situación laboral en el país y tendrán en cuenta la llegada de personas con talento o en sectores en los que se requiere mano de obra foránea.
Las facciones más conservadoras del Partido Republicano se oponen a una ley que incluya la posibilidad de la ciudadanía, ya que en su opinión se trataría de una nueva «amnistía» como las regularizaciones de 1986 que serviría de «efecto llamada».
El congresista republicano Lamar Smith emitió hoy un comunicado en el que critica el acuerdo bipartidista del Senado sobre inmigración, ya que «costará millones de dólares a los contribuyentes, costará a los trabajadores estadounidenses miles de empleos y anima a más inmigración ilegal».
No obstante, el Partido Republicano reconoce la necesidad de acercarse más a la población hispana, después de que los latinos votaran en masa a favor de Obama (71 %) en las elecciones presidenciales de noviembre pasado.
«Hay oposición en el Senado a la reforma integral, hay diferencias en la Cámara de Representantes, pero estoy confiado en que una mayoría de ambas cámaras conseguirá tener éxito, lideradas por el presidente de Estados Unidos, que ha hecho de este tema un asunto central», consideró McCain.
Obama esperará a mañana para delinear la reforma que la Casa Blanca considera apropiada, en un discurso en Las Vegas (Nevada), donde se espera que ponga el acento en las regularizaciones más que en el control fronterizo, un punto con el que los republicanos esperan obtener el apoyo de los más recelosos.
«Se debe hacer cumplir la ley. Por eso es importante que haya ciertas medidas establecidas, para asegurarnos que se cumple», puntualizó Rubio.
En su opinión, hay dos condiciones «críticas» para la puesta en marcha de las regularizaciones: el respeto por un sistema de visados de entrada y «un progreso real en la mejora de control fronterizo».
De hecho, la propuesta presentada hoy pide «un aumento del número de aviones no tripulados y equipo de vigilancia en la frontera», con el objetivo de reducir aún más las entradas de inmigrantes indocumentados, principalmente a través de la frontera con México.
Washington, 28 ene (EFE).-