Nueva York, 12 feb (EFE).- El precio del petróleo se disparó hoy y permitió a Wall Street cerrar con broche de oro una sesión que había comenzado con buen pie, para que los operadores pudieran disfrutar con la conciencia tranquila el largo fin de semana.
Y es que el lunes no operan los mercados de Nueva York porque es el Día del Presidente, y había que irse con satisfacción después de haber dado muchos disgustos a los inversores porque las cosas no levantan cabeza y el mercado sigue generando continuas cefaleas.
El Dow Jones de Industriales, el principal indicador, acabó hoy con una ganancia del 2,0 %, y el selectivo S&P 500 subió un 1,95 %, mientras que el índice compuesto del mercado Nasdaq estuvo más discreto, con un avance del 1,66 %.
Son avances diarios respetables, pero mínimos si se compara con lo que ha perdido Wall Street desde que comenzó el año: el Dow Jones, por ejemplo, ha caído un 8,3 % desde el comienzo del año, uno de los peores que recuerde el mercado.
Hoy se animó el parqué no solo porque hay tres días seguidos sin operaciones, sino también porque el petróleo dio una soberana sorpresa y, en el caso del crudo de Texas (WTI), ganó un 12,32 %, el mayor avance en un solo día desde hace siete años.
Pero, al igual que los índices bursátiles, tendría que sumar muchos incrementos de ese tipo para que alcance los precios que tenía hace un año: hoy terminó el WTI en 29,44 dólares el barril, pero hace un año estaba en 51,21 dólares y hace dos en 100,37.
En suma, un discreto consuelo después de tantos sofocos que están dando los mercados desde hace tiempo.
Habrá que ver si el martes, cuando se reanuden las operaciones en Nueva York, las energías acumuladas siguen aportando buenas noticias.
O si los mercados de China, que reabren el lunes después de una semana de vacaciones, vuelven a dar disgustos al resto del mundo, y el consuelo de hoy en Wall Street queda en agua de borrajas.
Ángel Gomez