El papa Francisco indicó hoy la necesidad de que todas las confesiones religiosas condenen «de forma conjunta y rotunda» y tomen distancia de las acciones terroristas que se amparan en la religión.
Francisco realizó este llamamiento al intervenir en el seminario «América en diálogo – Nuestra casa común», que han celebrado en el Vaticano la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Instituto del Diálogo Interreligioso de Buenos Aires.
El pontífice constató «con dolor» que a veces el nombre de la religión «es usado para cometer atrocidades, como el terrorismo, y sembrar miedo y violencia y, en consecuencia, las religiones son señaladas como responsables del mal que nos rodea».
Y ante ello, instó a condenar «de forma conjunta y rotunda estas acciones abominables y tomar distancias de todo lo que busca envenenar los ánimos, dividir y destruir la convivencia; hace falta mostrar los valores positivos inherentes a nuestras tradiciones religiosas para lograr un sólido aporte de esperanza».
«Es necesario que compartamos los dolores como también las esperanzas, para poder caminar juntos, cuidando el uno del otro, y también de la creación, en la defensa y promoción del bien común», agregó.
También destacó el importante papel que tienen las religiones en «la tarea de promover el cuidado y el respeto del medio ambiente» y abogó porque promuevan «una verdadera educación, a todos los niveles, que ayude a difundir una actitud responsable y atenta hacia las exigencias del cuidado de nuestro mundo».
Francisco destacó la importancia de los encuentros y la cooperación entre las variadas confesiones, «basada en la promoción de un diálogo sincero y respetuoso, pues si no existe respeto recíproco no habrá diálogo interreligioso; es la base para poder caminar juntos y afrontar desafíos».
Para el papa, todos los creyentes tienen el deber «de defender la vida en todas sus etapas, la integridad física y las libertades fundamentales, como la libertad de conciencia, de pensamiento, de expresión y de religión».
«El mundo constantemente nos observa a nosotros, los creyentes, para comprobar cuál es nuestra actitud ante la casa común y ante los derechos humanos», explicó.
Y agregó la necesidad de colaborar entre los creyentes, pero también «con los hombres y mujeres de buena voluntad que no profesan ninguna religión, para que demos respuestas efectivas a tantas plagas de nuestro mundo».
«El mundo de hoy sufre y necesita nuestra ayuda, nos lo está pidiendo», aseguró.
En el seminario participó el secretario general de la Organización de los Estados Americanos, Luis Almagro, que pudo saludar al papa Francisco.
Ciudad del Vaticano, 8 sep (EFE).-