Un gol de Bruno Fernandes dio continuidad a la mejoría del Manchester United, que salió con los tres puntos de St. Mary’s Stadium frente al Southampton, para prolongar su despegue en la Premier coincidiendo con el debut como ‘red’ de Carlos Henrique Casemiro.
El exmadridista brasileño se estrenó como ‘diablo rojo’ en el minuto 80. Entró en lugar de Anthony Elanga. Antes había saltado al césped Cristiano Ronaldo, otra vez suplente, por segunda semana seguida. Igual que el capitán Harry Maguire que ha desaparecido de las alineaciones de Erik Ten Hag.
Casemiro entró con el partido encarrilado para el Manchester United, por el gol de Bruno Fernandes que desenredó una salida complicada y propició la segunda victoria seguida en el proyecto del United. Acabaron pidiendo la hora los visitantes que ahuyentaron los fantasmas que siete días ponían en entredicho este nuevo proyecto.
El United no ganaba dos partidos seguidos desde febrero pasado y en esta ocasión se encontró con un rival más incómodo de lo esperado. Su versión inicial nada tuvo que ver con la que mostró ante el Liverpool, llena de ímpetu y entusiasmo. En St.Mary’s tuvo que lidiar con el orden de un adversario reconfortado por la remontada lograda el pasado sábado ante el Leicester que le proporcionó su primer triunfo del curso.
Aun así, los hombres de Ten Hag impusieron su talento poco a poco. El Southampton concedió terreno y la pelota, por lo que Gavin Bazunu pronto se vio amenazado.
No se explica cómo no se rompió el empate antes del minuto veinte cuando el Manchester United pudo marcar cinco veces en la misma jugada. Bruno Fernandes, Anthony Elanga y Christian Eriksen tiraron una y otra vez sobre el marco local. Aprovechaban cada rechace de Bazunu y también de Mohammed Salisu que impidió que la pelota alcanzara la red. Nadie fue capaz de batir al meta marfileño y la acción acabó en un córner.
El Southampton tuvo también su oportunidad cuando en el tramo final, antes del intermedio, se deshizo del dominio de los ‘reds’. Che Adams pudo marcar y David De Gea respiró.
El United, con el danés Christian Eriksen al mando, irrumpió con más convicción, con otro talante al inicio de la segunda parte. Pronto cercó el área de Bazunu aunque en una acción combinada en el 55 un centro desde la derecha de Diogo Dalot fue culminada por Bruno Fernandes que entró solo en el área y casi desde la frontal, ejecutó un tiro sin caer el balón que superó a Bazunu.
Los ‘saints’ reaccionaron con firmeza. No se dio por vencido el conjunto de Hasenhuttl. Sufrió en esos momentos el Manchester United, atrincherado en su área y al amparo de David De Gea que se erigió en salvador cuando evitó el empate en un cabezazo a bocajarro de Joe Aribo.
Fue justo antes de que Cristiano Ronaldo saltara al campo. Fue el primer cambio de Ten Hag que recurrió al portugués pasada la hora de juego en lugar de Jadon Sancho.
La ley la imponían entonces Lisandro González, Raphael Varane y, sobre todo Scott McTominay protectoes de la ventaja visitante. A ellos se sumó Casemiro, que entró al campo para jugar los diez últimos minutos. Ocupó el lugar de Anthony Elanga. Más firmeza para el medio campo red. El brasileño acompañó a McTominay y Ericsen por delante de la zaga.
Fue una pesadilla para el Manchester United el tramo final. Encajonado en su campo. A la defensiva. Una cuestión de supervivencia ante el Southampton que se jugó a todo o nada los minutos finales. Tuvo sus opciones pero los reds resistieron para amarrar un nuevo triunfo que alimenta la credibilidad de su proyecto.