El juez argentino Claudio Bonadio, quien mantiene procesada a la expresidenta Cristina Fernández por operaciones del Banco Central e investiga supuestas irregularidades en la empresa Los Sauces, de la que es accionista, negó hoy que sienta hostilidad personal contra ella.
Fuertemente criticado por el kirchnerismo en los últimos años y acusado públicamente por Fernández de sostener una cruzada contra ella, Bonadio aseguró que le causan «gracia» las interpretaciones «de los demás» sobre que «detesta» a la expresidenta (2007-2015), en declaraciones realizadas hoy a radio La Red.
«Alguien ha instalado eso y después eso corre», afirmó.
«Objetivamente, trato de esas cuestiones sentimentales o pasionales sublimarlas frente a la prueba y así decir si para adelante para la derecha o para la izquierda. Cuando uno pierde la objetividad comete errores», prosiguió.
Además, aunque «todos somos personas» afectadas por las percepciones individuales, Bonadio subrayó que los jueces tienen «instancias de revisión que no les permiten hacer cualquier cosa».
El magistrado, responsable de algunas de las causas más mediáticas del país, también repasó la situación actual del Poder Judicial argentino y la oleada de causas judiciales contra el kirchnerismo desatada este año, tras la asunción de Mauricio Macri como presidente en diciembre pasado.
«Cambió el clima de la Argentina, no solo la Justicia», opinó, además de negar que en las últimas semanas hayan perdido impulso las investigaciones de presunta corrupción, tal y como han afirmado algunas voces recientemente desde el oficialismo.
«A quien le quepa el sayo que se lo ponga», advirtió.
Asimismo, habló sobre las supuestas presiones a funcionarios judiciales durante el kirchnerismo de las que recientemente se quejó en los medios una colega suya, la jueza María Servini de Cubría.
«Habla muy mal de quien detenta la magistratura, de quien detenta cualquier cargo, que se queje de presiones que en su momento no las denunció. Yo cuando tuve que hablar, hablé», recalcó.
Respecto a los casos que lleva desde su tribunal, Bonadio hizo mención a una petición recientemente interpuesta por él para que «se inhiba» el juez que desestimó el año pasado la denuncia presentada contra Cristina Fernández por el fallecido fiscal Alberto Nisman, cuatro días antes de morir en circunstancias aún por aclarar.
En su querella, Nisman acusaba a los miembros del entonces Gobierno de haber negociado la impunidad de terroristas iraníes supuestamente responsables del atentado contra la mutual judía AMIA -que dejó 85 muertos en Buenos Aires en 1994- a cambio de mejoras en la relación comercial con el país persa.
La denuncia fue rechazada por inexistencia de delito pero Bonadio explicó que en el momento en el que se dieron las supuestas negociaciones él había recibido denuncias de familiares de víctimas que plantearon que había «serias irregularidades».
«Ni la doctrina ni el sentido común indican que un mismo objeto procesal pueda ser llevado a cabo en dos investigaciones judiciales independientes», consideró. Buenos Aires, 21 oct (EFE).-
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