El gobierno panameño aseguró que derogará la polémica ley que permite la venta de las tierras de la zona libre de Colón, pero el anuncio no aplacó inmediatamente las protestas callejeras contra esa norma que desembocaron el viernes en desórdenes y saqueos de comercios en la capital.
El ministro de la Presidencia, Roberto Henríquez, dijo a la prensa que el domingo se reunirá el consejo de gabinete ministerial tras el regreso del mandatario Ricardo Martinelli de una gira en el extranjero y “se va a derogar la ley” sobre la venta de los terrenos de la zona franca, considerada una de las más importantes del hemisferio. Martinelli retorna el sábado por la noche de un viaje oficial por Japón y Vietnam.
El anuncio tuvo lugar en medio del recrudecimiento de las protestas, con una huelga de 24 horas impulsada por el poderoso sindicato de la industria de la construcción en solidaridad con los reclamos populares en la provincia de Colón, situada a 80 kilómetros al norte de la capital.
Miles de obreros bloquearon desde las primeras horas del viernes numerosos puntos de la capital lo que congestionó fuertemente el tráfico y marcharon hacia una plaza cercana a la Asamblea Nacional, donde horas después estallaron enfrentamientos entre la policía antidisturbios que lanzó gases lacrimógenos mientras los manifestantes respondían con palos y piedras.
Los manifestantes huyeron en masa de la zona que quedó cubierta de un manto gris por los gases y se refugiaron en una zona de tiendas y comercios, algunos de los cuales fueron saqueados. Algunas personas salieron del área cargando estufas, neveras y televisores, según mostraron imágenes de la televisión local. No hubo de inmediato informes oficiales de personas heridas y detenidas.
Las protestas, que comenzaron la semana pasada en la provincia de Colón, han dejado al menos tres muertos, entre ellos un menor de 10 años, decenas de heridos y alrededor de 250 detenidos, según el no gubernamental Movimiento Amplio Colonense. El gobierno no ha confirmado esas cifras.
“¡Abajo Martinelli!”, “¡No a la venta de las tierras!”, gritaban los trabajadores mientras marchaban portando banderas rojas del sindicato que aglutina a nivel nacional a algo más de 100.000 obreros. En Colón, centenares de personas quemaron neumáticos en una calle de acceso a esa provincia.
Las manifestaciones estallaron con fuerza el pasado viernes en Colón después de que el legislativo aprobó a toda prisa la ley. Martinelli la sancionó de inmediato antes de partir a Japón.
Los colonenses rechazan que el gobierno venda las tierras que le pertenecen al Estado en la zona libre porque consideran que son activos valiosos y un patrimonio de la provincia, aquejada históricamente por la pobreza.
Los opositores a la ley rechazaron esta semana los ofrecimientos del gobierno de elevar de 35% a 100% los aportes por la venta de las tierras destinados a proyectos sociales en Colón. Tampoco aceptaron la promesa de Martinelli de eliminar el artículo sobre la venta y exigieron la derogación total de la norma.