El Gobierno Federal está listo para introducir una legislación de responsabilidad climática a partir de la próxima semana para comprometer formalmente a Canadá con su objetivo de cero emisiones netas de gases de efecto invernadero para 2050.
El tan esperado proyecto de ley establecerá objetivos nacionales obligatorios de cinco años para reducir las emisiones, a partir de 2025.
Si bien el gobierno liberal ha prometido que los objetivos a cinco años serán «legalmente vinculantes», no es probable que la legislación incluya un mecanismo de aplicación para garantizar que se cumplan esos objetivos.
La tarea de idear herramientas para hacer cumplir los objetivos de emisiones legislados a nivel nacional probablemente recaiga en un grupo asesor de cero neto que el gobierno federal aún no ha establecido.
Un obstáculo clave que enfrenta Ottawa es lograr que las provincias se unan a los mecanismos de presentación de informes, en particular las provincias productoras de petróleo de Alberta y Saskatchewan que aún persiguen una impugnación judicial del precio federal del carbono, que aumentará a 50 dólares la tonelada para 2022.
La producción de carbono varía mucho de una provincia a otra. La mayoría de las provincias emiten entre 10 y 20 toneladas per cápita al año, mientras que las emisiones per cápita de Alberta y Saskatchewan se acercan a las 70 toneladas.
Una historia de errar la marca
Canadá ha establecido múltiples objetivos de reducción de emisiones en las últimas décadas y nunca ha cumplido uno solo.
También está en camino de perder su objetivo actual en 77 megatoneladas, según los últimos datos federales de 2018.
«Lograr nuestras metas será sin duda un desafío y requerirá el liderazgo de todas las regiones del país», dijo el ministro de Medio Ambiente, Jonathan Wilkinson, en una audiencia del comité de medio ambiente de la Cámara de los Comunes la semana pasada.
Muchos ambientalistas y expertos en política climática en Canadá ven la legislación como una forma de obligar a los gobiernos actuales y futuros a cumplir sus promesas climáticas, siempre que los objetivos estén establecidos por ley y estén acompañados de presupuestos de carbono que muestren cómo y cuándo cada jurisdicción reduciría las emisiones.
La legislación climática del Reino Unido, vigente desde 2008 y ampliamente considerada como el estándar de oro mundial para la ley de reducción de emisiones, incluye presupuestos de carbono y un comité de expertos financiado con fondos públicos que monitorea el progreso del gobierno.
Plan de emisiones marginado por pandemia
La legislación de responsabilidad climática que se presentará próximamente, es el primer paso de lo que las fuentes dicen será una serie de medidas federales, que se implementarán en las próximas semanas, destinadas a garantizar que Canadá cumpla con sus compromisos en la conferencia de la ONU en París hace cinco años.
Esos compromisos incluyen la promesa de reducir las emisiones en un 30% por debajo de los niveles de 2005 para 2030, un objetivo que el gobierno liberal prometió superar en las últimas elecciones federales.
Los planes iniciales para introducir la legislación a principios de este año fueron descarrilados por la pandemia, junto con otras partes clave de la plataforma ambiental liberal, como nuevas reglas para combustibles de combustión más limpia y la promesa de plantar dos mil millones de árboles.
En su discurso en el trono en septiembre, el gobierno federal prometió adelantar «inmediatamente» su plan de objetivos climáticos para 2030.
Las fuentes afirmaron que el plan climático del gobierno fue aprobado por el gabinete el mes pasado, pero los críticos siguen preocupados por el camino de Canadá hacia cero neto, lo que requeriría reducir significativamente las emisiones de carbono del país y compensar las emisiones restantes con otras medidas, como plantar árboles o secuestro de carbón.
El próximo mes, se espera que el gobierno implemente nuevos estándares para combustibles de combustión más limpia, que podrían representar alrededor del 15% del objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de Canadá, y que inicie consultas sector por sector para establecer objetivos de reducción y ofrecer incentivos por incrementar el uso de energías limpias y desarrollar el mercado de vehículos eléctricos.
El gobierno federal también ha prometido una estrategia nacional de hidrógeno este otoño, un componente clave de su estrategia de emisiones netas cero que identificaría los usos industriales potenciales del hidrógeno como fuente de combustible.
