El gobierno canadiense del primer ministro Justin Trudeau, presionado por la falta de viviendas asequibles, le pidió a las ciudades que hicieran más y argumentó que quienes cooperaran recibirían dinero federal.
El ministro de Vivienda, Sean Fraser, manifestó que las ciudades debían abordar el exceso de burocracia y los desafíos de zonificación que, según él, eran parte del problema. Las autoridades que cooperen podrán aprovechar un fondo de vivienda de 4.000 millones de dólares canadienses (3.000 millones de dólares) presentado este año.
«Si quiere que el gobierno federal se presente con inversiones financieras que apoyen directamente su capacidad para construir más viviendas, denos una razón», sostuvo a los periodistas al margen de una reunión de legisladores liberales en London, Ontario.
«Tenemos nuevas expectativas: queremos que construyan casas cerca del transporte público, queremos que construyan casas cerca de los campus. Queremos que construyan casas para que las familias puedan acceder a los servicios que necesitan… No es mucho pedir», añadió.
Sus comentarios fueron los primeros desde que los conservadores de la oposición oficial concluyeron una convención la semana pasada donde los miembros acusaron a los liberales gobernantes de estropear el expediente de vivienda. Las encuestas indican que los conservadores ganarían las próximas elecciones y pondrían fin a nueve años de gobierno liberal si se celebrara una votación ahora.
Su desafío es que la vivienda sea responsabilidad principalmente de las 10 provincias así como de los principales municipios. Ottawa puede dar orientación política y ofrecer dinero para impulsar la construcción, pero por sí sola no puede construir casas.
El líder conservador Pierre Poilievre indicó que aumentará la oferta recortando drásticamente la financiación federal a las ciudades que no estén de acuerdo con aumentar la densidad de viviendas.
