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El exsoldado Bradley Manning cambiará de género: «Soy Chelsea. Soy mujer»

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El soldado del Ejército de Estados Unidos Bradley Manning (2d) a su salida de los juzgados de Fort George G. Meade, Maryland, EE UU,  tras conocer su sentencia por haber entregado más de 700.000 documentos confidenciales o secretos a WikiLeaks. EFE/
El soldado del Ejército de Estados Unidos Bradley Manning (2d) a su salida de los juzgados de Fort George G. Meade, Maryland, EE UU, tras conocer su sentencia por haber entregado más de 700.000 documentos confidenciales o secretos a WikiLeaks. EFE/

Bradley Manning, el exsoldado de EEUU condenado por filtrar miles de documentos secretos del Gobierno, anunció hoy públicamente que siempre se ha sentido mujer y que se someterá a un tratamiento hormonal para cambiar de género.

«Quiero que todo el mundo sepa quién soy verdaderamente. Soy Chelsea Manning. Soy mujer», afirmó en un comunicado, tras ser condenado el miércoles a 35 años de prisión y expulsado de las Fuerzas Armadas con deshonor por filtrar más de 700.000 informes clasificados a WikiLeaks.
El joven, de 25 años, envió un comunicado firmado como «Chelsea E. Manning» al programa «Today» de NBC, que la cadena distribuyó en exclusiva a primera hora de hoy durante una entrevista con el abogado de Manning, David Coombs, quien se refirió en todo momento al exsoldado como «ella».
Manning quiere empezar el tratamiento hormonal «tan pronto como sea posible».
También pidió, en el texto enviado a la cadena estadounidense, que a partir de ahora todos se refieran a él por su nuevo nombre y usen el pronombre femenino «excepto en el correo oficial a la prisión» en la que permanecerá.
«Espero recibir cartas de partidarios» y responderles, expresó Manning.
Durante el juicio contra él en el tribunal militar en Fort Meade, Maryland, Manning reconoció que había entrado en el Ejército para «librarse de su conflicto de identidad».
Su abogado dijo al programa «Today» de hoy que «el estrés bajo el que estaba (Manning) sirve, más que nada, para dar contexto a lo que ocurría en esos momentos».
Pero dicha situación de estrés «jamás fue una excusa porque (el conflicto de identidad) no fue lo que motivó sus acciones», explicó Coombs, para señalar que «lo que guió» tales acciones, es decir, las filtraciones de documentos, «fue una fuerte brújula moral».
Manning, que ha pasado más de tres años bajo custodia militar tras su detención, la gran mayoría de ellos a la espera del juicio que comenzó el pasado 3 de junio, verá reducida su pena por ese tiempo, además de 112 días adicionales en compensación por el régimen de aislamiento y abuso que sufrió en Quantico (Virginia).
Según un experto en justicia militar presente en Fort Meade, si no prospera la vía de apelaciones, Manning deberá cumplir al menos un tercio de su condena para poder optar a la libertad condicional, previsiblemente en la cárcel militar de Fort Leavenworth (Kansas)
Pero durante el juicio su defensores sugirieron que su conflicto de identidad sexual fue un factor en su conducta de sustraer y entregar a Wikileaks documentos que revelaron numerosas operaciones internacionales del Gobierno de EEUU.
Entre las pruebas presentadas mostraron un mensaje electrónico enviado por Manning a un supervisor en abril de 2010 en el cual indicaba que era una persona transgénero y que se había incorporado al Ejército «para librarse de ello».
El mensaje llevaba el título de «Mi problema», e incluía una fotografía, en blanco y negro, en la cual se ve a Manning con una larga peluca rubia y los labios pintados.
Unos dos meses antes, en febrero, Manning comenzó a filtrar información a WikiLeaks durante un permiso, entre ella un vídeo («Collateral Murder») en el que se cuestiona la versión oficial sobre cómo el Ejército estadounidense mató a once iraquíes, entre ellos un fotógrafo y un conductor de Reuters, en julio de 2007.
Y el 5 abril, WikiLeaks divulga el vídeo.
Manning, quien sirvió como analista de inteligencia en Irak desde fines de 2009 hasta mayo de 2010, cuando fue detenido, permaneció recluido durante nueve meses en calabozos de la Infantería de Marina en Quantico, Virginia.
Durante ese período envió dos cartas a su terapeuta, firmadas con el nombre de «Breanna».
Su abogado afirmó ayer que pedirá al presidente Barack Obama que lo indulte.
El portavoz del Ejército, George Wright, dijo hoy a la prensa que Manning tendrá acceso a psiquiatras y otros profesionales que atienden la salud mental.
Pero simultáneamente, la portavoz del Pentágono, Catherine Wilkinson, señaló a ABC de Televisión que «hay un mecanismo por el cual las Fuerzas Armadas provean terapia hormonal o cirugía de reasignación de género para los presos».
Mara Keisling, directora ejecutiva del Centro Nacional sobre Igualdad para los Transsexuales, dijo a ABC que las normas de cuidado de la salud que se aplican en las prisiones federales deberían aplicarse en las prisiones militares.
«Esto es Estados Unidos, no le negamos a los presos el cuidado de su salud», añadió.
El tratamiento hormonal y cirugía para cambiar de sexo es un proceso largo, complejo y costoso, recordó el columnista Tony Nitti, en la revista Forbes. «Y por eso es válida la pregunta: ¿Quién pagará por todo ello?», añadió.
Desde la Unión de Libertades Civiles (ACLU) se argumentó que negarle a Manning lo que quiere «plantea serias preocupaciones constitucionales» y se recordó que los tribunales ya han dictaminado que la negativa del cuidado médico necesario por disforia de género viola la Octava Enmienda de la Constitución, es decir, que representa un «castigo inusitado y cruel».

Washington, 22 ago (EFE).-

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