El español Carlos Sainz (Ferrari) logró este domingo la victoria más importante de toda su carrera deportiva al imponerse en el Gran Premio de Gran Bretaña, el décimo del Mundial de Fórmula Uno, en el que no sólo logró su primer triunfo en la categoría reina, sino que lo hizo a lo grande: saliendo desde la ‘pole’, coincidiendo con su carrera número 150 y en el circuito que albergó la primera prueba de la historia.
Sainz, de 27 años, logró su primer triunfo en una carrera con sabor latino y con un podio de lujo, que el mexicano Sergio Pérez (Red Bull) acabó segundo; y el séptuple campeón mundial inglés Lewis Hamilton (Mercedes), el ‘hombre récord’ de la división de honor del automovilismo, que le arrebató la vuelta rápida en el último suspiro, tercero. Una prueba en la que el otro español, el doble campeón mundial asturiano Fernando Alonso (Alpine), fue quinto, por detrás del otro Ferrari, el del monegasco Charles Leclerc; y el neerlandés Max Verstappen, compañero de ‘Checo’, líder del campeonato, concluyó séptimo.
Sainz se doctoró en Silverstone, el circuito que albergó la primera carrera de la historia de la F1, en 1950. Donde había impresionado en el test para jóvenes pilotos de Red Bull, en 2013, dos años antes de debutar en la categoría reina con Toro Rosso, el equipo nodriza del anterior, que ahora compite como Alpha Tauri; y en el que lo hizo al mismo tiempo que ‘Mad Max’, último campeón del mundo y que, a pesar de haber completado su peor carrera del año, sigue siendo líder sólido del campeonato.
El talentoso piloto madrileño, que después de esas pruebas había declarado en una entrevista con Efe que su sueño era «ganar el Mundial de F1, pero» que «primero» había «que llegar», logró este domingo -coincidiendo con su duodécimo podio- su tercera gran mención de honor en la categoría reina, un día después de haber logrado su primera ‘pole’. En uno de los Grandes Premios con más solera de la historia. El único, junto al de Italia, que nunca ha faltado en un calendario de la categoría reina.
Se convirtió en el ganador número 112 de la historia de la F1 al lograr la trigésima tercera victoria para España, nueve años después de que Alonso -autor de las anteriores 32- ganase, en Montmeló (Barcelona), el Gran Premio de España de 2013. Y, de paso, ascendió, al lograr su sexto podio de la temporada, al cuarto puesto del Mundial. Que ocupa con 127 puntos, a 57 de ‘Mad Max’, que suma 37 unidades más que su compañero ‘Checo’ -que remontó desde el fondo de la parrilla antes de acabar segundo- y aventaja en 43 a Leclerc, tercero en la general.
Sainz no sólo ganó, sino que lo hizo, además, en la carrera más animada de la temporada, con un final loco y emocionante; y que se resolvió de forma brillante para los intereses del deporte español, para el que el hijo del doble campeón mundial de rallys de idéntico nombre completó un fin de semana de ensueño en el que también había sido el más rápido en los entrenamientos libres del viernes. Y que ya había brillado el sábado, al firmar su primera ‘pole’ en la F1; la vigésima tercera para España, casi diez años después de la última de Alonso -en Hockenheim (Alemania)- autor de las otras 22.
Al lado del español de la Scuderia arrancaba Verstappen. Y por detrás de ellos, Leclerc -tercero- y ‘Checo’, que largaba cuarto.
Pero en la salida, Verstappen, que había salido con neumático blando -su compañero mexicano y los Ferrari lo hicieron con el medio- lo rebasó, poco antes de que se decretara bandera roja, interrumpiéndose -durante casi una hora- la carrera a causa del brutal accidente del chino Guanyu Zhou (Alfa Romeo), al que tocó el inglés George Russell (Mercedes), y que salió disparado boca abajo contra las protecciones y contra una valla donde se ubicaban varios comisarios que, por fortuna, no fueron impactados por el coche del asiático.
El choque entre ambos provocó una reacción en cadena que afectó también al francés Esteban Ocon (Alpine), al japonés Yuki Tsunoda (Alpha Tauri) y al tailandés Alex Albon (Williams), que se llevó golpes por todos los lados y que, al igual que el primer chino que corre en la F1, fue trasladado, por precaución, al centro médico del circuito; desde donde se informó de que todos estaban razonablemente bien, antes de que la organización diese vía libre para que se ofreciesen la repetición de las imágenes del aparatoso accidente. En el que Zhou salvó, literalmente, la vida, gracias al halo.
Hamilton y Alonso habían ganado dos puestos en la salida y eran tercero y quinto, respectivamente; con ‘Checo’ -que había perdido dos- en la sexta plaza. Pero al no haberse completado la primera vuelta cuando se decretó la bandera roja, se repitió la salida de nuevo con Sainz en la ‘pole’. Verstappen segundo; y de nuevo con los primeros siete puestos tal como estaban. Con el doble campeón mundial asturiano en el séptimo; Russell, Zhou y Albon fuera de carrera; y Ocon y Tsunoda de nuevo en la parrilla.
En la resalida, Carlos aguantó como un jabato el ataque de Verstappen, que en esta ocasión arrancó con el neumático medio, el mismo que el resto del grupo delantero, en el que los primeros cuatro conservaron posición; y Hamilton y Alonso perdieron un puesto; que el siete veces campeón mundial inglés recuperó al pasar a su compatriota Lando Norris (sexto al final); y el asturiano al francés Pierre Gasly (Alpha Tauri). ‘Checo’ se había tocado con Leclerc, tuvo que entrar en garajes; y comenzaba a luchar desde el fondo de la parrilla, antes de firmar un sensacional segundo, su vigésimo primer podio en la F1.
En la décima vuelta, presionado a todo por Verstappen, Sainz cometió un error y ‘Mad Max’ le pasó. Pero dos después, pinchó el neerlandés, con problemas añadidos en su monoplaza y Carlos retomó el liderato: con los dos Ferrari por delante de Hamilton -tercero ya, marcando vueltas rápidas-, con Norris cuarto y Alonso, quinto. Por delante del líder del Mundial, que rodaba sexto.
Leclerc iba muy rápido y se aproximaba a Sainz, al tiempo que Hamilton seguía volando en el circuito en el que nadie iguala sus ocho victorias.
Sainz paró en la 21 -pasó a duro- y regresó tercero a pista, por detrás de Leclerc y de ‘Sir’ Lewis, que seguía repitiendo giros rápidos. Y poco después se consumaba el desastre de Verstappen, que tuvo que volver a parar, sin grip -«estoy pilotando sobre hielo»- antes de dar por bueno, al final, en su peor carrera del año, el séptimo puesto
En la 26 paró Leclerc, que entró a pista por detrás de Carlos, ‘líder virtual’ y cada vez más cerca de su primer triunfo, con ‘Mad Max’ desesperado, en la octava posición; y Checo, que había remontado, en la sexta.
Ferrari daba libertad de lucha interna, pensando en la general y con Leclerc marcando vueltas rápidas; algo que podía beneficiar, no obstante a Hamilton. Y en la 31, Charles pasó a Carlos, con el espectacular y cada vez más excéntrico campeón de Stevenage, que no había parado aún, con 18 segundos de ventaja sobre el monegasco, a falta de 19 vueltas para meta.
El final se prometía más que emocionantes. Hamilton paró en la 34 y regresó por detrás de Leclerc y de Sainz. También paró Alonso, que instaló el duró y volvió a pista sexto, dos plazas por detrás de ‘Checo’, que teóricamente aún debía volver a entrar al garaje.
Hamilton calentó sus ruedas y a falta de 14 enseñó de nuevo los colmillos, volviendo a marcar vueltas rápidas y situándose a menos de dos segundos del español de la ‘Scuderia’, del que parecía escaparse definitivamente su compañero. Pero fue entonces cuando se paró el Alpine de Ocon y se decretó ‘safety car’, a falta de 12. Y ahí se volvieron a barajar las cartas.
Pararon Sainz y Hamilton, que pusieron blandos; mientras que Leclerc siguió en pista, por delante del español -que volvía a recuperar una bala con la que apuntar al triunfo- y del británico; con ‘Checo’ cuarto. Alonso también cambió a neumático blando, al igual que Norris, al que el genio astur superó en la parada para arrebatarle la quinta plaza con la que acabaría cruzando la meta.
La patata caliente pasaba al tejado de Ferrari, con Leclerc -que tenía neumático duro- en teórica desventaja. Fue entonces cuando Sainz mostró caracter al implorarle por radio a su escudería que «por favor» jugasen su baza, que resultó la buena. «Dejen de inventar, por favor» («please, stop inventing», en inglés), exclamó el español antes de pasar a Leclerc; y ‘Checo’ rebasó a Hamilton, a falta de nueve vueltas.
Carlos se despegaba y Leclerc tenía que frenar a los rivales en beneficio del español, en un final de locos; en el que también benefició los intereses hispanos y de Ferrari. El desenlace fue de infarto y Sainz, que se benefició no sólo de su habilidad al volante, sino también de la brutal batalla por detrás -en la que llegó a meter baza hasta Alonso- acabó festejando la victoria en «un gran día, para» él «y para España», según afirmaría tras bajarse del monoplaza.
El alemán Mick Schumacher (Haas), el hijo del ‘Kaiser’, festejó sus primeros puntos en la F1 al acabar octavo, un puesto por delante de su compatriota el cuádruple campeón mundial Sebastian Vettel (Aston Martin), que salió decimoctavo y festejó su 35 cumpleaños con el noveno puesto final.
Alonso se unió a la fiesta de Sainz. Completó asimismo una gran carrera, acabó quinto y batió el récord histórico de kilómetros rodados en carrera que hasta este domingo poseía el finlandés Kimi Raikkonen.