Playa del Carmen (México), 7 may (EFE).- El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró hoy que sin un cambio cultural en la sociedad, los esfuerzos del Gobierno en el combate a la corrupción siempre serán insuficientes.
«Si una sociedad no está resuelta a cambiar para bien y ser parte de una nueva cultura a favor de la legalidad, estos esfuerzos serán insuficientes», dijo al participar en la primera jornada del décimo Foro Económico Mundial sobre América Latina que se celebra en un hotel de la Riviera Maya.
En el panel «Avanzar mediante una agenda de renovación», en el que también participaron sus colegas de Panamá, Juan Carlos Valera y de Haití, Michel Martelly, y el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, Peña Nieto recordó que por esta postura ha recibido críticas.
«He dicho, y por ello he sido criticado, que la corrupción es un asunto cultural y que si queremos un cambio, debe ser un cambio estructural de toda la sociedad». afirmó.
El presidente mexicano consideró que hay quienes quisieran que las leyes se aplicaran a otros y recordó el refrán mexicano que apunta: «hágase la ley en los bueyes de mi compadre, pero no en los míos».
Interrogado por Schwab sobre la criminalidad en México, dijo que no hay un país que no tenga problemas en esta materia y lamentó que México haya sido «estigmatizado» por la inseguridad.
«Desde hace unos años (México) ha venido siendo muy estigmatizado por temas de seguridad, quizás porque somos el país por el cual pasa mucho del tráfico de drogas que llega al mercado más importante que es Estados Unidos, que ya compite con Europa y Asia», afirmó.
El mandatario destacó los avances en el combate a la delincuencia que han llevado a que disminuya la violencia en zonas como Ciudad Juárez y Monterrey, ambas en el norte de México.
«Estamos avanzando, hay reducción de secuestros, de robos, extorsiones, pero no estamos satisfechos», declaró Peña al reconocer que todavía hay trabajo por hacer.
Peña Nieto ha sido blanco de numerosas críticas después de que a finales de 2014 salieran a la luz varios casos de compras de lujosas mansiones a contratistas del Gobierno, uno de ellos muy sonado porque estaba involucrada su esposa, Angélica Rivera.
