San Salvador, 2 jun (EFE).- Latinoamérica afronta un entorno económico «complicado» por factores externos, pero no significa una nueva crisis, dijo hoy en El Salvador el vicepresidente del Banco Mundial (BM) para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar.
La desaceleración del crecimiento de países emergentes, que han reducido su demanda de bienes que exporta Latinoamérica, como minerales o alimentos, es una de las causas de ese «entorno externo que se está tornando más complicado», apuntó Familiar.
Se suma la «volatilidad» en los mercados internacionales por la «expectativa, aunque no se materializa todavía, de que las tasas de interés suban», lo cual «afecta a los países de América Latina», manifestó en declaraciones a corresponsales de prensa extranjera.
«Pero no lo vemos como una nueva crisis», aseveró Familiar, quien afirmó que hoy el «sistema inmunológico financiero» de Latinoamérica «es mucho más sólido», como lo demuestran unas buenas reservas internacionales, entre otros factores.
El funcionario del BM asistió el domingo a la investidura del nuevo presidente salvadoreño, Salvador Sánchez Cerén, e indicó que aprovechó su visita para reunirse con representantes de su Gobierno y otros sectores.
Familiar, quien lleva un mes en el cargo, recordó que «Latinoamérica tuvo un desarrollo muy positivo durante los últimos 10 años», que llevó a un crecimiento de la clase media y a una reducción de la pobreza y de la desigualdad social.
Según datos del BM, unos 80 millones de latinoamericanos salieron de la pobreza extrema en la última década.
Empero, aún «el 40 % de la población en Latinoamérica (que suma unos 540 millones de personas) vive en una condición de vulnerabilidad», señaló el vicepresidente del organismo financiero.
Familiar subrayó que «por primera vez en la historia en Latinoamérica (…) la gente de clase media es superior en número a la gente que vive en condiciones de pobreza».
También destacó que en los últimos 10 años «la equidad ha mejorado, hay menos desigualdad» en Latinoamérica, aunque hoy «la tasa de disminución (…) se ha estabilizado».
Recuperar el ritmo en la caída de la desigualdad es un «reto importante que tenemos», remarcó.
«Ahora que los vientos cambian, de ser vientos que nos estaban impulsando (…) a ser vientos en contra, hay que tomar medidas adicionales para mantener esta reducción en la inequidad y para mantener esta lucha contra la pobreza que ha sido exitosa en los últimos 10 años», añadió.
Familiar atribuyó esa mejora en la equidad social a factores como políticas públicas enfocadas a la inversión «hacia los más pobres» y creación de mejores oportunidades de empleo.
Además, ha contribuido «un entorno favorable», con bajas tasas de interés y «una demanda externa muy sólida y precios muy atractivos de bienes que la región exporta», agregó.
El vicepresidente del BM para Latinoamérica y el Caribe comentó que en Centroamérica hay diferencias, pues mientras Panamá crece «a tasas aceleradas», otros países, que no mencionó, crecen menos y tienen «retos mayores» como lograr un balance fiscal.
Asimismo, la disminución de la desigualdad que ha habido en Centroamérica «no es una mejoría tan notable» y los «retos seguirán siendo grandes», aseveró.
Familiar puntualizó que «en Centroamérica hay mucho espacio para trabajar en una agenda regional que ayude a desarrollar un mercado mucho más sólido que el que pueda tener cada uno de los países en lo individual».