OTTAWA — El líder del Bloc Québécois, Yves-François Blanchet, dice que se mantiene modesto sobre la perspectiva de que su partido forme una oposición oficial en las próximas elecciones federales, aunque sería un resultado “espectacular”.
“Me niego a ver las elecciones como un orgullo o un trofeo, o a pretender ser parte de la historia”, dijo en una entrevista de fin de año.
Mientras el gobierno minoritario de Justin Trudeau se tambalea y las encuestas apuntan a un posible colapso del voto liberal, Blanchet dijo que seguirá concentrado en ganarse la confianza de los quebequenses. “Los quebequenses nos darán un mandato y lo llevaremos a cabo de manera responsable, repitiéndonos siempre, espero, que tenemos que vivir con modestia”, dijo.
Las proyecciones más recientes del sitio de encuestas Canada338.com muestran que, si hoy se celebraran elecciones, los conservadores, liderados por Pierre Poilievre, obtendrían una aplastante mayoría de 232 escaños. El sitio sugiere que el Bloque se encuentra en un distante segundo lugar con 45 escaños, pero por delante de los liberales con 39, el NDP con 25 y los Verdes con dos.
Si tal escenario se hiciera realidad, el partido soberanista antimonárquico y centrado en Quebec se convertiría en la Oposición Leal de Su Majestad, y Blanchet obtendría las llaves de Stornoway, la residencia oficial del líder de la oposición en Ottawa.
“Si eso sucede, sólo puedo decir que respetamos las instituciones… aunque ya hemos dicho que hay que abolir el Senado, que hay que abolir la monarquía en Canadá”, afirmó, y añadió: “pero no estamos allí para romper los juguetes”.
Blanchet afirmó que su partido mantendrá una “actitud positiva y constructiva”, mientras continúa defendiendo la soberanía de Quebec.
“Podemos esperar que, cuando un tema afecta a todo Canadá, incluido Quebec, haremos nuestro trabajo”, afirmó. “Cuando un tema afecta sólo a Quebec, o casi sólo a Quebec, nos ocuparemos de nuestro trabajo”. Sin embargo, el partido puede ser “más discreto” en cuestiones que afectan al resto del Canadá inglés, afirmó.
Blanchet dijo que su partido seguiría hablando sólo francés en la Cámara de los Comunes. Pero cuando se le preguntó si tenía un mensaje para el Canadá inglés, dijo que «la gente no tiene por qué tenernos miedo».
Dijo que la posición del partido en muchos temas es bien conocida, «y no vamos a sacar el conejo ideológico de la galera». Lo que es bueno para Quebec también es, a menudo, bueno para Canadá, agregó. Como ejemplos, citó las recientes batallas de su partido para aumentar el Seguro de Vejez para los adultos mayores más jóvenes, para garantizar que la gestión de la oferta esté protegida en los acuerdos comerciales y para eliminar una exención para el discurso religioso en la sección del Código Penal que trata el discurso de odio.
Blanchet se rió cuando le preguntaron si preferiría un contingente mediano del Bloque que mantenga el equilibrio de poder o un mayor número de diputados en un parlamento mayoritario. «Es una pregunta trampa interesante», dijo. Cualquier escenario puede ser utilizado en beneficio de su partido, dijo, añadiendo que está centrado en conseguir que sean elegidos tantos diputados como sea posible.
“Una delegación muy fuerte del Bloque Quebequense obliga a un gobierno, a cualquier gobierno, a respetar lo que Quebec quiere”, afirmó. “Y la prueba está ante nosotros: el gobierno de Justin Trudeau no respetó a Quebec y es posible que en las próximas elecciones se encuentre con un número históricamente bajo de escaños en Quebec”. Quebec, afirmó, “les está haciendo pagar el precio”.
El Bloc Québécois formó la Oposición Oficial sólo una vez antes, en 1993, después de que Lucien Bouchard abandonara los Conservadores Progresistas de Brian Mulroney para fundar el partido.
El Bloque, en sus primeras elecciones generales, ganó 54 escaños, por detrás de los liberales de Jean Chrétien con 177. Los conservadores en el poder fueron prácticamente barridos del tablero, pasando de un gobierno mayoritario a terminar quintos con dos escaños.
El gobierno minoritario de Trudeau parece casi seguro que caerá ahora que el NDP ha anunciado que votará para derrocarlo. Blanchet, que ha votado en contra del gobierno desde el otoño, dijo que no apoyaría a los liberales bajo ninguna circunstancia y confirmó que también votaría a favor de convocar elecciones en la primera oportunidad.
Eso significa que está resistiendo la “clara tentación” de ayudar al gobierno a sobrevivir el tiempo suficiente para permitir que su proyecto de ley C-282, que protege la gestión de la oferta de productos lácteos, aves de corral y huevos, sea adoptado en el Senado.
En unas elecciones hay mucho más en juego que la gestión de la oferta, afirmó. “Se trata de todo el comercio, toda la economía, todas las relaciones internacionales, todo el tratamiento de los más desfavorecidos, la vivienda, la falta de vivienda”.
Blanchet dice que no se arrepiente de haber dejado que los conservadores paralizaran el trabajo de la Cámara de los Comunes durante el otoño. Desbloquear el Parlamento sin conseguir que se cumplieran sus exigencias habría debilitado a su partido tanto como el NDP, afirmó.
“Si queremos que nos respeten, tenemos que actuar en consecuencia”, afirmó. “El gobierno no merecía nuestra ayuda”. El gobierno, afirmó Blanchet, pasó el otoño diciendo en privado que quería negociar sin ninguna acción concreta que sugiriera que hablaba en serio al respecto.
Si hay algo que haría de manera diferente, dijo, sería ser más paciente. Los políticos, dijo, deberían explicar mejor sus ideas en lugar de “intentar tener la frase del día”.
“Nuestro trabajo no significa nada si la gente no nos entiende”, afirmó
