El Bayern Múnich aprovechó el retorno a la Bundesliga para paliar la decepción europea, en la Liga de Campeones, sufrida el pasado martes cuando fue eliminado en cuartos de final por el Villarreal y ganó, sin excesiva brillantez al Arminia Bielefeld (0-3), penúltimo de la competición alemana.
Es cuestión de tiempo la celebración del título germano. La victoria en el Schuco Arena devuelve al equipo de Julian Nagelsmann la ventaja de nueve puntos respecto al Borussia Dortmund, a falta de cuatro jornadas para el final. Puede, incluso, proclamarse campeón el próximo fin de semana si gana el clásico, precisamente, contra su perseguidor en el Allianz Arena.
No fue un triunfo brillante el obtenido en Bielefeld ante un adversario que languidece en la clasificación y que necesitaba la victoria con urgencia. Lleva seis encuentros sin ganar el cuadro de Frank Kramer resignado a la derrota ante el Bayern a pesar de que está a dos puntos de la promoción que marca el Stuttgart y a tres de la salvación que por ahora tiene el Hertha.
Sin pisar el acelerador llegaron los goles del Bayern. El primero en el minuto 10 en una incursión al área de Serge Gnabry. Robert Lewandowski no llegó a rematar pero la pelota le dio a Jacob Laursen que la introdujo en su propia portería para desesperación de Stefan Ortega.
En el tiempo añadido antes del intermedio llegó el segundo. Un pase en profundidad fue recogido por Gnabry que culminó la acción a la perfección.
El Arminia no amenazó nunca al Bayern que redondeó su vigésima tercera victoria de la temporada a cinco del final por medio de Jamal Musiala a centro de Lewandowski.