
“La invasión no provocada de Ucrania por parte de Rusia es una nueva fuente importante de incertidumbre”, expresó el Banco de Canadá en un comunicado. “Los precios del petróleo y otros productos básicos han aumentado considerablemente. Esto se sumará a la inflación en todo el mundo, y los impactos negativos en la confianza y las nuevas interrupciones en el suministro podrían pesar en el crecimiento global. La volatilidad del mercado financiero ha aumentado. La situación sigue siendo fluida y estamos siguiendo de cerca los acontecimientos”.

El estallido de inflación posterior a la pandemia es lo que más preocupa al Banco de Canadá, al menos por ahora. El índice de precios al consumidor aumentó al 5,1% en enero respecto al año anterior, la mayor cantidad en más de tres décadas y muy por debajo del objetivo del banco central del dos por ciento.
El 1 de marzo, Statistics Canada informó que la economía creció a una tasa anual del 6,7%, más rápido de lo que había pronosticado el banco central, lo que sugiere que la demanda continuará poniendo a prueba la capacidad de las empresas para mantenerse al día con los pedidos, una receta para una mayor presión inflacionaria.
Los aumentos de precios se han vuelto más generalizados”, se lee en el comunicado. “La inflación persistentemente elevada está aumentando el riesgo de que las expectativas de inflación a largo plazo puedan aumentar. El banco utilizará sus herramientas de política monetaria para devolver la inflación al objetivo (2%) y mantener las expectativas de inflación bien ancladas”.
En cuanto a si el Banco de Canadá volverá a subir la tasa de referencia en abril, el tono de la declaración de política sugiere una mayor preocupación por la inflación. Eso significa que es muy probable que haya aumentos en las próximas reuniones.