Estados Unidos y Corea del Sur dispararon ocho misiles balísticos hacia el mar de Japón (llamado mar del Este en Corea) como respuesta a los lanzamientos de misiles que la víspera realizó el país vecino.
Según informaciones del Estado Mayor Conjunto (JCS) recogidas por la agencia Yonhap, fuerzas militares de ambos países lanzaron los misiles tierra-tierra del Sistema de Misiles Tácticos del Ejército (ATACMS) en un lapso de 10 minutos durante la madrugada.
«El lanzamiento combinado de misiles tierra-tierra entre Corea del Sur y Estados Unidos demostró la capacidad y la postura para lanzar ataques de precisión inmediatos sobre los orígenes de provocaciones y sus fuerzas de mando y apoyo», dijo el JCS en un comunicado.
El ejército surcoreano «condena enérgicamente la serie de provocaciones con misiles balísticos del Norte y lo insta seriamente a detener de inmediato los actos que elevan las tensiones militares en la península y se suman a las preocupaciones de seguridad», añadió.
Seúl, bajo el gobierno del presidente conservador Yoon Suk-yeol desde el pasado 10 de mayo, aboga por endurecer la postura frente a su vecino tras una etapa más conciliadora con su predecesor, y ha dicho que responderán consecuentemente a las acciones norcoreanas de este tipo.
Esta acción coordinada de Seúl y Washington se produce un día después de que Pionyang disparara un número idéntico de misiles balísticos de corto alcance desde varias localizaciones de su territorio, en una aparente muestra de músculo tras unas maniobras navales de los aliados cerca de la península coreana.
Durante aquellos ejercicios se desplegó un portaaviones de propulsión nuclear, algo que no sucedía desde finales de 2017.
Corea del Norte ha realizado en lo que va de año un número récord de 18 lanzamientos de misiles, el más reciente el de la víspera.
En su test previo a ese, el 25 de mayo, el régimen liderado por Kim Jong-un disparó dos proyectiles de corto alcance y un aparente misil balístico intercontinental (ICBM) tras más de cuatro años.
En aquella ocasión, Corea del Sur y EE.UU. también respondieron con un lanzamiento combinado similar al de hoy, el primero que llevaban a cabo también desde 2017, durante una etapa de especial fricción entre las potencias antes de unos años de distensión.
Pionyang, que solía publicitar en sus medios estatales este tipo de lanzamientos reivindicativos, no se ha pronunciado por el momento sobre sus test más recientes.