La represión en Irán, la «onerosa» restricción de libertades en China, el «récord» de detenciones temporales de disidentes en Cuba y la concentración de poder en Venezuela están entre las mayores violaciones de derechos humanos en el mundo, según el informe anual que elabora el Gobierno de EE.UU.
Esos países, junto a Siria, Corea del Norte, Egipto, Afganistán, Mali, la República Democrática del Congo y Honduras, entre otros, centran gran parte de las críticas del Departamento de Estado en el documento sobre los derechos humanos en el mundo, que hoy fue enviado al Congreso para su uso como referencia a la hora de conceder ayuda exterior a los países.
«Los Gobiernos que amenazan la paz regional y global, desde Irán hasta Corea del Norte, son también atroces violadores de los derechos humanos, con ciudadanos atrapados bajo el yugo de la represión doméstica, la carencia económica y el aislamiento internacional», indicó el secretario de Estado, John Kerry, en la introducción del informe.
En 2012, EE.UU. observó en todo el mundo tendencias como «un menguante espacio para el activismo de la sociedad civil», la «lucha del pueblo de Oriente Medio por un cambio democrático», la «revolucionaria naturaleza de las tecnologías de la información ante la supresión de la libertad de expresión» y la persistencia de la violencia contra «grupos vulnerables o marginales».
En Latinoamérica, Cuba, Venezuela y Honduras son los tres países destacados por el Departamento de Estado como los más problemáticos, aunque en otros capítulos alerta también de la «impunidad y el deficiente sistema judicial» en Colombia y la violencia contra periodistas y la corrupción de funcionarios en México.
En Cuba, el documento asegura que en 2012 se manifestaron «niveles récord» de detenciones temporales, mientras que el resto de abusos a los derechos humanos son «actos oficiales» cometidos «por instrucciones del Gobierno», por lo que sus responsables «permanecen en la impunidad».
Respecto a Venezuela, los aspectos más criticados son las «malas condiciones» en las cárceles y el excesivo control por parte del Gobierno del fallecido presidente Hugo Chávez, que «no respetó la independencia judicial» y se implicó en «acoso e intimidación» a medios de comunicación.
En Honduras, Estados Unidos ve «problemas serios» como «los asesinatos ilegales y arbitrarios por parte de la policía y de otros» y «la corrupción y debilidad institucional del sistema de justicia».
El Departamento de Estado vuelve a calificar de «muy pobre» la situación de derechos humanos en Irán, donde el Gobierno continuó su «represión sobre la sociedad civil» y cometió «asesinatos extrajudiciales» y torturas a disidentes, al tiempo que aumentaba la vigilancia sobre sus ciudadanos.
Si bien Estados Unidos evita en muchas ocasiones destacar las violaciones de derechos humanos en China, un país clave para su estrategia en el Pacífico, en este informe alerta de «onerosas restricciones en las operaciones de la sociedad civil», como su libertad de asamblea, religión o viaje.
Además, asegura que el Gobierno chino se involucró en una «represión cada vez más dura» de las etnias tibetana y uigur y nuevos intentos de censura en Internet.
En la vecina Corea del Norte se siguieron registrando «asesinatos extrajudiciales, desapariciones, detenciones arbitrarias, arrestos de prisioneros políticos y tortura» del régimen comunista, según el Departamento de Estado, que cita informes de desertores del país.
En Siria, que arrastra dos años de conflicto armado, «la mayor parte de los abusos fueron cometidos» por el Gobierno de Bachar Al Asad, aunque también las fuerzas rebeldes son responsables de incidentes de «secuestros, detenciones, violaciones y tortura».
El régimen de Al Asad priva a los ciudadanos «del derecho a la libertad de expresión, de movimientos, de asociación y del acceso a la asistencia letrada y la atención médica», indica el informe.
En Egipto, las fuerzas de seguridad han cometido asesinatos contra personas que se manifestaban y han practicado la tortura y otros abusos contra los detenidos, de acuerdo con el reporte.
Lucía Leal/Washington, 19 abr (EFE).-