Por primera vez en casi 20 meses, el tráfico no esencial se mueve una vez más en ambas direcciones a través de la frontera terrestre entre Canadá y Estados Unidos.
Poco después de la medianoche, los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza comenzaron a permitir que vacacionistas, visitantes y excursionistas completamente vacunados ingresen a los Estados Unidos por primera vez desde el inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020.
Sin embargo, no todo el mundo se está aprovechando.
Muchos canadienses con familiares que viven en los EE. UU. dicen que aún no están haciendo cola para cruzar, debido al requisito de Canadá de que se realicen una costosa prueba de COVID-19 para regresar a casa.
El congresista de Nueva York, Brian Higgins, se unirá hoy a los alcaldes y líderes comunitarios de ambos lados de la frontera entre Canadá y Estados Unidos para instar al gobierno federal en Ottawa a que abandone la regla.
La directora médica de Canadá, la Dra. Theresa Tam, sostuvo la semana pasada que el gobierno está al tanto de las quejas sobre el requisito de la prueba y que está bajo revisión.
Estados Unidos no exige que los ciudadanos extranjeros que estén de visita por tierra presenten pruebas de una prueba negativa, pero eso no importará mucho hasta que Canadá también elimine la regla, sostienen los críticos.
“Todavía hay barreras”, explicó Marcella Picone, residente de Buffalo, Nueva York, y miembro del grupo de Facebook “Las familias son esenciales”, que ha estado presionando durante meses para que se alivien las restricciones.
La Agencia de Servicios Fronterizos de Canadá emitió una declaración la semana pasada recordando a los posibles viajeros que se requiere una prueba de una prueba negativa, tomada no más de 72 horas antes del viaje, para volver a ingresar a Canadá, junto con una prueba de vacunación.
Las nuevas reglas de fronteras terrestres entran en vigencia a medida que EE. UU. también comienza a exigir que los ciudadanos extranjeros que estén de visita en avión estén completamente vacunados antes de abordar sus vuelos.
A partir del lunes, los pasajeros aéreos con destino a los EE. UU. deben mostrar un comprobante de vacunación, así como una prueba COVID-19 negativa que no tenga más de 72 horas para los viajeros completamente inmunizados y 24 horas en el caso de ciudadanos estadounidenses no vacunados y residentes permanentes.
La Asociación de Viajes de EE. UU. estima que los viajes internacionales entrantes produjeron $239 mil millones en ingresos por exportaciones y apoyaron directamente a 1,2 millones de empleos estadounidenses.
La asociación calcula que la pandemia le ha costado a los EE. UU. unos $ 300 mil millones en ingresos de exportación perdidos y más de un millón de empleos, y no se espera que los niveles de viajes regresen a los niveles de 2019 hasta 2024 como muy pronto.
