La economía de América Latina se alista para crecer nuevamente, aunque a tasas menores que las de la última década, tras pasar por un ajuste provocado principalmente por el fin del ciclo de altos precios de materias primas, coincidieron hoy analistas del área financiera en un seminario en Río de Janeiro.
«El consenso que tenemos es que la región tocó fondo y que comienza a crecer, pero no en las tasas de la última década», afirmó el vicepresidente para países del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Alexandre Meira Rosa, en un seminario en que se analizaron las oportunidades de negocios abiertas por los Juegos Olímpicos que Río de Janeiro inaugurará mañana.
Meira Rosa agregó que, tras haber crecido mucho en la última década, más que otras regiones, y de haber reducido su pobreza, América Latina enfrentó en los dos últimos años un período de ajuste provocado por el fin del ciclo de los altos precios de las materias primas y por los desajustes en las finanzas de algunos países.
Para el Director de Operaciones del Citi Brazil, Helio Magalhaes, además de la caída de los precios de las materias primas, para la crisis en la región también contribuyó la desaceleración de la economía de China, una fuerte depreciación de las monedas de varios países latinoamericanos y la fuga de capitales de corto plazo.
«Pero comenzamos ahora un nuevo ciclo en la región. Pese al ajuste, América Latina continúa atrayendo inversión directa extranjera», afirmó el ejecutivo del BID.
El presidente en Brasil del Credit Suisse, José Olympio Pereira, aseguró que la región, especialmente su mayor economía, vive una de las peores crisis en varias décadas pero ni eso espantó a los inversores extranjeros.
Pereira citó las recientes inversiones chinas en el sector eléctrico brasileño y el crecimiento de la inversión directa en Brasil, un país en recesión y cuya economía tuvo el año pasado su peor desempeño en los últimos 25 años, con una retracción del 3,8 %.
«Los inversores, cuando encuentran oportunidades para comprar empresas, han preferido asumir los riesgos que dejarlas pasar», aseguró el presidente del Credit Suisse Brazil, para quien Brasil, pese a enfrentar una situación peor que la de sus vecinos, cuenta con la ventaja de tener un mercado continental.
Magalhaes asegura que el nuevo ciclo que se abre para la región coincide con la llegada de nuevos gobiernos «más amigables con el mercado» en países como Argentina, Brasil y Perú.
Agregó que tales gobiernos están dispuestos a poner en marcha reformas que son necesarias para aumentar la confianza y atraer inversiones, y a ofrecer concesiones en proyectos de infraestructura de bajo riesgo para atraer las empresas.
«Es necesario que el sector privado participe en las inversiones en infraestructura demandadas en América Latina porque los gobiernos no tienen lo suficiente», afirmó el representante del Citi al recordar que, según estudios del BID, la región exige inversiones por 200.000 millones de dólares anuales en infraestructura.
El director ejecutivo de Operaciones para América Latina del banco brasileño Itaú, Ricardo Marino, afirmó que, para atraer al sector privado, los nuevos gobiernos tienen que impulsar políticas consistentes, garantizar estabilidad, ofrecer reglas claras y contar con un ambiente institucional estable.
Agregó que el Itaú, el mayor banco regional, tiene como meta mantenerse líder en Brasil y elevar sus negocios en los países como los del Pacífico, más integrados mundialmente y que forman parte de cadenas globales de valor.
«Así como el ajuste se produjo de forma desigual en los países de América Latina. La recuperación también se da de forma desigual, con ventaja para los países del Pacífico, más integrados globalmente y que tuvieron mayor resistencia», afirmó Meira Rosa. Río de Janeiro, 4 ago (EFE).-