Un policía y un civil murieron el jueves durante protestas violentas en la provincia colombiana de Caquetá, y 79 oficiales y nueve trabajadores petroleros fueron tomados como rehenes por miembros de comunidades rurales, declaró el gobierno.
La violencia estalló en parte del municipio de San Vicente del Caguán, donde miembros de comunidades rurales e indígenas bloquearon el acceso a un campo petrolero e incendiaron, explicó la policía nacional, para exigir que Emerald Energy ayude a arreglar las carreteras.
El presidente Gustavo Petro, quien ordenó a los funcionarios de defensa e interior ir a la región, condenó los asesinatos en Twitter.
«Tenemos un movimiento popular que por su exclusión y la influencia de grupos que quieren destruir este gobierno y someter a Colombia a la guerra, ha terminado asesinando a un joven policía», escribió.
La oficina del fiscal general debe investigar los asesinatos, mientras que la Cruz Roja debe atender a los rehenes, dijo.
«Espero de los perpetradores la liberación unilateral de los funcionarios del gobierno antes de que se provoque una nueva escalada de violencia», agregó Petro.
La oficina del defensor de los derechos humanos Carlos Camargo confirmó en un comunicado que un policía y un civil habían sido asesinados.
Funcionarios de la oficina de Camargo acompañaban a los policías y empleados de Emerald que estaban detenidos, dijo la oficina en Twitter.
El oficial y el civil murieron por heridas de bala, explicaron fuentes policiales, y agregaron que disidentes de las FARC que rechazan un acuerdo de paz de 2016 están presentes en la región y podrían estar involucrados en los disturbios.
Las protestas en áreas cercanas a proyectos petroleros y mineros ocurren regularmente en Colombia a medida que las comunidades presionan para que las empresas construyan infraestructura, incluidas carreteras y escuelas.
Reuters no pudo comunicarse de inmediato con Emerald Energy, una subsidiaria de la empresa estatal china Sinochem, para hacer comentarios.
