Delia Opekokew fue la primera mujer indígena en ser admitida en el colegio de abogados tanto en Saskatchewan como en Ontario, además, la primera mujer en postularse para jefa nacional de la Asamblea de las Primeras Naciones. También ha luchado por la justicia para los sobrevivientes de escuelas residenciales como ella.
«Estoy muy orgullosa de haber podido conservar mi idioma. Todavía hablo Cree», confesó Opekokew.
A los siete años, fue enviada a la Escuela Residencial Beauval en Saskatchewan, pero manifestó que ha bloqueado sus recuerdos de sus primeros años allí.
«No tengo ningún recuerdo de eso. Y desde entonces hablé con un psiquiatra y me dijo que probablemente me disocié, y es mejor que no lo recuerde porque lo que sea que me pasó no debe haber sido bueno», afirmó Opekokew.
La madre de Opekokew también fue a la misma escuela y contó historias horribles. En 1927, un incendio en Beauval mató a 19 niños después de que los encerraran en un dormitorio.
Estas experiencias han llevado a Opekokew a convertirse en la defensora que es hoy de estos sobrevivientes.
Después de décadas de ejercer la abogacía, se convirtió en adjudicataria del Proceso de Adjudicación de Escuelas Residenciales Indígenas, encargada de poner una cantidad en dólares por el abuso después de que el gobierno federal llegara a un acuerdo de resolución de demanda colectiva con sobrevivientes de escuelas residenciales.
Opekokew planteó que su propio viaje de curación le dio la fuerza para ayudar a otros sobrevivientes, mientras continúa luchando para asegurarse de que reciban el apoyo adecuado.
«Me había ocupado de muchos de mis problemas, por lo que pude soportar escuchar estas trágicas historias de abuso físico y sexual y otros abusos, debido al asesoramiento que había recibido y sigo recibiendo», añadió.
