El Gobierno de Cuba reactivará varias restricciones en La Habana y la vecina provincia de Artemisa ante el incremento sostenido de los casos de COVID-19 en la isla, que ya acumula 2.775 positivos y donde este jueves se registraron 49 contagios, la cifra más alta en tres meses.
La mayoría de estas medidas se pondrán en vigor de inmediato y suponen en la práctica un retorno parcial a la «fase epidémica» previa a la reapertura, en un intento por frenar el aumento de las infecciones, que según reconocieron las autoridades, podría comprometer incluso el reinicio del curso escolar en septiembre.
El gobernador de La Habana, Reinaldo García Zapata, informó que se limitarán al mínimo posible los accesos a La Habana, a donde no se puede llegar por medio del transporte masivo estatal, pero sí se podía hasta ahora entrar y salir en coches particulares.
Control del coronavirus en Cuba
En la capital, la región del país con el mayor número de casos y la única estancada aún en la fase 1 de la desescalada, se restringirá la capacidad de los autobuses y taxis públicos, que funcionarán solo hasta las 23.00 hora local, cuando «tampoco deberán quedar personas circulando en la vía», insistió García Zapata.
Las autoridades no han precisado si esta última advertencia supone un toque de queda efectivo en la capital.
Los bares y restaurantes, abiertos con limitaciones desde el pasado 3 de julio, solo operarán hasta las 21.00 y en el caso de los primeros solo podrán ofrecer bebidas pero no se podrá bailar.
El uso de la mascarilla fuera de las casas seguirá siendo obligatorio en todo momento, subrayó el gobernador.
Retorno a fase 2 de reapertura
La provincia de Artemisa, limítrofe con La Habana y hasta hoy en la tercera y ultima fase de reapertura, volverá a la fase 2. Ese territorio ya sobrepasó a la capital en el índice de casos por número de habitantes debido a dos grandes brotes que suman en total casi un centenar de contagios.
La localidad de Bauta, la más afectada de esa provincia, regresará a la fase 1, que incluye el funcionamiento limitado de algunas actividades económicas y servicios, junto a la mascarilla obligatoria, que en las siguientes etapas solo se lleva en espacios cerrados.
Precaver para no retroceder
Los 49 positivos de este jueves -seis de ellos importados- representan la cifra más alta de nuevos casos diarios desde el récord de 74 infecciones registrado el pasado 2 mayo.
Este número resalta especialmente porque se registra solo dos semanas después de que la isla celebrara su primer día sin contagios desde el comienzo de la epidemia a mediados de marzo, lo que hizo que se considerara controlada la enfermedad en el país.
«Hacemos un llamado a la población de estas provincias (La Habana y Artemisa) de la necesidad de extremar las medidas, del uso del ‘nasobuco’ (mascarilla), del aislamiento, de cumplir las orientaciones sanitarias», pidió hoy el primer ministro cubano, Manuel Marrero, en un reporte de la televisión estatal.
Volver al aislamiento
Marrero insistió en que «si no se logra resolver la situación en La Habana y Artemisa tendríamos que volver a la fase anterior, que sería pasar de aislamiento físico al social, como estábamos antes».
No obstante, en Cuba nunca se ha llegado a decretar el confinamiento obligatorio generalizado, aunque sí se han aislado áreas concretas en las que se han producido focos extendidos de la enfermedad.