Cientos de correístas se concentraron este martes ante la sede del Consejo Electoral de Ecuador (CNE) a la espera de que se pronuncie sobre su binomio presidencial, después de que el exmandatario Rafael Correa quedara inhabilitado para participar como aspirante a la Vicepresidencia de Andrés Arauz debido a una condena por corrupción.
El expresidente Correa, que reside en Bélgica, será sin duda descalificado porque acaba de ser sentenciado en firme por un delito de cohecho, pero el movimiento teme que también Arauz pueda ser apartado de los comicios.
Con banderas del país y del movimiento Revolución Ciudadana, los activistas se presentaron ante la sede, en una de las principales avenidas del norte-centro de Quito, para advertir al Consejo Nacional Electoral (CNE) de las consecuencias de una posible descalificación de la candidatura.
«Significaría prenderle la mecha a un polvorín, porque el pueblo no lo va a aceptar», dijo a Efe el abogado Vicente Virgilio Salazar Carcelén, que llegó hasta Quito desde Guayaquil.
Y precisó que no acuden a protestar por el caso de Correa sino por la posible eliminación de «todo el binomio».
Carlos Rabascall es el sustituto que ya tiene preparado el correísmo como aspirante a la Vicepresidencia, en un «plan B» frente a la descalificación del expresidente, que podría tener lugar en las próximas horas o días.
«Definitivamente ahora estamos viviendo la politización en las diferentes instituciones y definitivamente sabemos muy bien que ellos quieren descalificar el binomio Arauz-Rabascall a toda costa porque saben que el pueblo se va a inclinar por la candidatura de ellos y vamos a arrasar en una sola vuelta», sentenció.
El movimiento correísta, y su líder Arauz, que a media mañana se presentó en la protesta, ha trasladado también su queja fuera de las fronteras del país, tratando de obtener el apoyo de organizaciones internacionales a un monitoreo desde ahora y no solo de las elecciones en sí.
El CNE por su parte asegura que todo se hará con base en las leyes vigentes y en respeto a los valores contenidos en la Constitución, según su presidenta Diana Atamaint.
A la concentración de este martes, de unos 400 ó 500 participantes y segunda en una semana, llegaron activistas desde todas las provincias del país, incluidas las más alejadas del sur.
«Hemos venido en bus porque sabemos que ellos hubiesen tratado de mil formas de pararnos la venida para Quito, pero los que estamos comprometidos con el proyecto político estamos aquí y siempre hemos estado aquí en la lucha porque definitivamente esto es un proyecto de pueblo, no es de nadie más», declaró Bolívar Quezada, de Machala.
Tensión política
Entre gritos de «A una sola vuelta», «Urgente, urgente, Arauz presidente», y pancartas como «Queremos una patria», «La participación es un derecho», o «Queremos el binomio de la esperanza», los manifestantes declararon su intención de luchar por la candidatura correísta.
«Esperamos que hoy decidan conforme a derecho, conforme a lo que establece la constitución porque no pueden negarnos el derecho a elegir y ser elegidos», agregó Salazar.
Y aunque reconoció que no tienen ninguna información sobre que el binomio correísta vaya a ser descalificado, o siquiera que vaya a pronunciarse hoy, sugirió «indicios» por lo ocurrido estos últimos tres años, entre ellos el que «se impidió que inscribiéramos un movimiento propio».
La tensión política en Ecuador ha crecido desde que el pasado 17 de septiembre el CNE hiciera la convocatoria oficial de elecciones para el 7 de febrero, y comenzara el registro de candidatos.
Antes de eso, el Consejo había descalificado a una formación correísta, obligando a sus candidatos a buscar el amparo de partidos ya reconocidos, como Centro Democrático, con el que se presentan a los comicios.
Si el binomio en su conjunto fuera descalificado a estas alturas, lo cual no ha sido confirmado por el CNE, las posibilidades de presentar a otro candidato serían muy escasas.
La tensión también se ha disparado por los procesos judiciales de estos dos últimos años contra exaltos funcionarios del correísmo, en los que han sido declarados culpables de corrupción más de veinte personas y entre ellas Correa y quien fuera su vicepresidente Jorge Glas.
«Ellos saben que van a perder en las urnas y por eso es que están haciendo todo esto. Primero lo sentenciaron a Rafael Correa. Venimos por la democracia, nos están queriendo robar la democracia», se quejó Gardenia Murillo, también de Guayaquil.