Las grandes potencias mundiales e Irán inicia hoy en Viena la segunda semana de la decisiva cumbre de negociaciones para intentar firmar el próximo 20 de julio un acuerdo que despeje las dudas sobre si el programa atómico iraní es pacífico.
Durante todo el fin de semana se han sucedido las reuniones, tanto a nivel político como técnico, para poner ya por escrito los principios del acuerdo.
Una sesiones de trabajo definidas como «difíciles, pero en un ambiente constructivo y serio» por Michael Mann, portavoz de la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, que negocia en nombre del Grupo 5+1, que reúne a China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia y Alemania.
Según la agencia iraní IRNA, Ashton se reunirá hoy con el jefe de la delegación de Irán, el ministro de Exteriores Mohamed Yavad Zarif, para analizar cómo marcha hasta la fecha el proceso de redacción del acuerdo.
Esta cumbre, la sexta en lo que va de año, arrancó el pasado día 2 y, en principio, tendría que prolongarse hasta el 15 de julio.
La semana pasada se celebraron encuentros bilaterales y plenarios para tratar de acercar posturas en las grandes diferencias que aún separan a las dos partes.
Entre los puntos más conflictivos destaca el de si a Irán se le debe permitir producir uranio enriquecido, un material de uso tanto civil como militar.
Estados Unidos mantiene que el escenario ideal es que Teherán renuncie a su programa de enriquecimiento o, al menos, dejarlo muy limitado.
El calendario para levantar las sanciones impuestas a Irán, el régimen de inspecciones y la central de Arak, que puede producir plutonio, otro combustible de doble uso, son otros de los puntos candentes.
El objetivo del acuerdo es limitar el programa nuclear iraní para asegurar que Teherán no está en disposición de lograr a corto plazo fabricar una bomba, al tiempo que se le garantiza su derecho a usar la energía atómica con fines civiles.
Aunque la hoja de ruta pactada el pasado noviembre entre Irán y el G5+1 fijó el 20 de julio como fecha tope de la negociación, la puerta quedó abierta para una posible prorroga de los contactos.
Viena, 7 jul (EFE).-